EN LO QUE VA DEL 2016 HAN OCURRIDO 160 HOMICIDIOS

Habitantes de Chilpancingo dicen 'vivir con temor'

La violencia en esta capital acabó con la tranquilidad, vida nocturna y comercios

Imagen: Valente Rosas

Imagen: Valente Rosas

Al día 05/09/2016 22:00 Redacción Actualizada 22:04
 

Vania Pigeonutt

EN CHILPANCINGO

En esta ciudad, la gente ha perdido la dicha de tomarse “una copa de pozole y una cazuela de mezcal” y salir de fiesta hasta las cinco de la mañana. Extraña las caminatas nocturnas con olor a jacarandas, la solidaridad vecinal y la confianza. Antes su dicho era “con sólo probar su pan-cemita y té de toronjil, los foráneos se quedaban a vivir aquí”. 

Hoy se vive con temor y precaución en esta ciudad, sede de los Poderes del estado. En lo que va de 2016 han ocurrido 160 homicidios dolosos: 22 en agosto, mientras que en junio, el mes más violento hasta ahora, fueron 32.

Las muertes se dan a plena luz del día: el 19 de agosto asesinaron de un balazo en la cabeza a un maestro del Instituto Tecnológico de Chilpancingo y el 11 de junio perdió la vida Juan Carlos, de 27 años, hijo de una trabajadora de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos, al recibir 12 balazos por resistirse a un secuestro.

“La gente ha perdido la capacidad de asombro. Los niños juntan su dinero para comprar el periódico donde hay fotos de muertos. Ven con naturalidad la delincuencia. Hasta dicen: ‘¡Uy, nada más un muerto!’”, dice Jacqueline Vázquez, mamá de Juan Carlos.

La violencia ha cambiado los códigos de conducta: por protocolo de ‘sobrevivencia’, ninguna ambulancia llega a las escenas antes de que llegue la policía; hay ‘halcones’ en las esquinas; ya no se puede hablar con libertad ni en las calles ni en los taxis.

Profesores, amas de casa, periodistas, historiadores y empresarios coinciden en que la época de violencia comenzó desde hace ocho o diez años, cuando apenas sonaba el Cártel de la Sierra y las pugnas entre otros grupos delincuenciales.

“Hace diez años todavía se podía caminar de la terminal de autobuses a casa hasta las 11 de la noche. La gente respetaba. ¡En estos tiempos ni pensarlo!”.

BAJAN CORTINA 

Empresarios mencionan que hay una percepción mayor del cierre de negocios. “Caminas por calles del centro y ves renta de locales, cortinas donde había negocios, abajo”.

Empresarios duplicaron su seguridad; colocaron cámaras, capacitaron a empleados para poder disparar armas. En cambio, negocios como funerarias, circuitos de seguridad o pago de sacerdotes, son los únicos favorecidos. 

“Lejos quedaron tiempos en los que se recorría Chilpancingo en 20 minutos. Sólo había cuatro barrios, no había colonias ni crímenes”.

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