¿Eres una madre empática?
La mayoría ha tenido una mamá nutricia, apoyadora, atenta a las necesidades de sus hijos, y empática con sus sentimientos. Pero no todos han tenido esa suerte. Hay quienes han crecido con madres que están tan centradas en sus propias necesidades emocionales que olvidan por completo las de sus hijos. Son madres narcisistas, que rompen con la imagen que los hijos tienen de una progenitora.
¿Alguna vez sientes que tu madre no es empática con tus sentimientos? Cuando hablas con ella sobre cuestiones importantes de la vida, ¿dirige el tema hacia algo relacionado con ella misma? De niño, ¿tuviste que cuidar de tu mamá en lugar de que fuera al contrario? ¿Le gusta controlar y que las cosas se hagan a su manera? ¿Sientes que tu mamá compite contigo? De acuerdo con Karyl McBride, terapeuta familiar y experta en el tema, una respuesta positiva a estas preguntas puede indicar que fuiste criado por una madre con rasgos narcisistas. En esta ocasión sólo me refiero a la madre, lo que no significa que no haya padres con estas características.
Son dos los comportamientos típicos de una madre egocentrista: sofocar a los hijos o ignorarlos.
La madre sofocante. Este tipo de madre intenta controlar y dominar cada aspecto de la vida de sus hijos. Siempre tiene una opinión sobre cómo deben vestir y actuar, qué deben decir, pensar y sentir. Es fácil imaginar que los hijos expuestos a tal control tienen gran dificultad para encontrar su individualidad. En algunas sociedades, éste es el modelo de una buena madre, pues aparentemente pone mucha atención a sus hijos. El problema es que en realidad no está pendiente de las necesidades, deseos y emociones de los pequeños. Su principal foco de atención es que sus hijos actúen como ella lo quiere.
La madre que ignora a sus hijos. Este tipo de madre tampoco les da la guía, el apoyo o la atención que necesitan. El abandono emocional es mucho más obvio en este tipo de madre que con la sofocante. La conexión emocional y empatía son inexistentes en esta relación madre-hijo. El descuido de la necesidades afectivas de sus descendientes crea un vacío en la vida de los niños que deja cicatrices profundas.
A veces, las madres egocéntricas muestran estas dos actitudes de manera intermitente con el mismo hijo, o se comportan sofocantes con uno y abandonadoras con otro. En sí, ambas formas de actuar tienen en común el olvido emocional de los hijos. En ambos casos los hijos se vuelven invisibles; continuamente están deseando ser vistos: tener el amor, la atención y aprobación de su madre, algo que difícilmente obtendrán. En algún momento, buscarán ese amor desesperadamente en la pareja, en los amigos y esa aprobación en el reconocimiento de sus jefes. Uno de los efectos más dañinos es en la autoestima de los hijos: resultará muy poco probable que los hijos se sientan lo suficientemente buenos o valiosos.
Si bien no hay madres perfectas, sí es posible desarrollar habilidades para mejorar. ¿Cómo? Estando atenta a las emociones y deseos de los hijos, y siendo respetuosa de sus sentimientos, valorarlos y reconocerlos. Cuando esto sucede, surgen hijos mucho más seguros de sí mismos ¿Te reconoces en la descripción de los hijos de madres narcisistas?
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CITA:
"Hay un tabú que ha permanecido a pesar de los recientes esfuerzos por desmitificarlo: la idealización del amor a la madre" ALICE MILLER PSICOANALISTA Y ESCRITORA
DATO INTERESANTE:
Las madres narcisistas tratan a sus hijos como instrumentos de gratificación o extensiones de ellas mismas. (samvak.tripod.com)
RECOMENDACIONES:
La buena crianza
Autor: Annie de Acevedo
En artículos breves, la autora da una guía para hacer de la paternidad una experiencia agradable para padres e hijos