De origen bendito
Así salvó la vida la lucha libre a El Divino y Angeluz
Fueron cachorros de Fray Tormenta, quien los encaminó a la lucha libre
(Foto: Gabriel Cruz, El Gráfico)
Aunque sus orígenes estuvieron totalmente alejados, el destino los unió en el camino de la lucha libre bajo el cobijo del mítico Fray Tormenta, quien les dio una bendición que los ha mantenido en el pancracio por más de veinte años.
El Divino fue un niño en situación de calle, dormía en los desniveles de Tlalpan, así que siempre estuvo rodeado de violencia, “pude ser boxeador pero me gustó el misticismo de la lucha libre y por eso me acerqué con Fray Tormenta, quien me recibió en su casa con muchos cariño”.
Veintitrés años después, una carrera de altibajos como luchador y el deseo imbatible de brillar, lo tienen actualmente como esteta independiente, “inicié como rudo pero logré destacar como técnico, ahora, después de un tiempo vuelvo a hacer equipo con Angeluz para enfrentar a lo mejor en Max Proad”.
Un camino de retos, el inmediato se llama Juan Diego, con quien se mide esta noche en la López Mateos.
HERENCIA. Para Angeluz la lucha libre se dio más natural, no fue para desahogarse sino para seguir con la tradición. “Provengo de una familia luchística y en especial debo agradecer a mi profesor Insólito, quien me enseñó los secretos, el respeto y la pasión por este deporte”.
Después recibió la oportunidad y la bendición de Tormenta, una carrera ya de 25 años siempre como un esteta aliado al bien. “Ha sido un camino duro, lleno de lesiones y el cuerpo lo resiente pero tengo un corazón de guerrero que no se rinde”.
Así que no tiene pensado irse pronto de las arenas de lucha libre, ya que no se ve en un mundo alejado de los costalazos de paga.
“Estoy aquí por el amor a la lucha, es un bendito vicio que me mantiene vivo y una gran terapia para enfrentar los problemas”.