Apuesta boricua
Gilbert dejó atrás los personajes con los que alcanzó fama, en busca de triunfar en el CMLL
“No ha sido fácil, ha sido como subir el Monte Everest dos o tres veces, pero me siento bien con lo que logrado, lo disfruto"
(Foto: Archivo El Gráfico)
Después de veintiún años de andar en la lucha libre profesional, parecía que había poco por conquistar para Gilbert Ramírez, el retiro lucía cercano. Solo que el pancracio le tenía reservada una oportunidad que parecía inimaginable, ser parte del Consejo Mundial de Lucha Libre, la empresa antítesis de la casa donde construyó su fama por más de una década.
“No ha sido fácil, ha sido como subir el Monte Everest dos o tres veces, pero me siento bien con lo que logrado, lo disfruto. No me quedan muchos años en la lucha libre y vengo por nuevas conquistas, es un placer hacerlo y el recibimiento del público, lo máximo”, comparte.
En su estreno se sintió extraño, en un territorio nuevo, un mundo diferente que desea conquistar, “al renunciar a Triple A, para no tener mayores problemas decidí cambiar el nombre por algo más original, sé que es algo fuerte pero es una evolución. No es la primera vez que me pasa, soy más grande que un nombre”.
DE SANGRE
Llevar el mote del Boricua encierra más que una urgencia por encontrar un nombre de batalla, “se me hizo interesante e histórico, porque seré el primero que represente el rol de boricua de forma natural, Pierroth hizo época con ese mote, pero no era de Puerto Rico, yo lo soy, logré mucho en México y quiero hacer algo similar en el CMLL, un nivel donde nunca había estado”.
Y para la empresa parece igual de importante su rol, sin haberse presentado en alguna función, fue elegido para estar en el Grand Prix, en octubre. “Es el torneo donde están las más grandes figuras a nivel internacional, así que es algo importante para mi carrera ene la empresa”.
No es un reto sencillo, insiste, “es otro tipo de fanáticos, que saben de lucha y me sentí sorprendido con el recibimiento, se me erizaron los cabellos, es una emoción tan grande de representar a mi país”.
Aunque se niega a renunciar por completo a su pasado. “Me voy con un mal sabor de boca de allá, porque di lo mejor y no se me hizo justo terminar así. Soy dueño del nombre, pero ellos lo tiene para explotarlo mercadológicamente, es algo que sigue en proceso, pero saben que hicieron mal las cosas conmigo”.