Pocos son los personajes literarios que alcanzan un reconocimiento internacional, con cientos de miles de seguidores que esperan con ansia cada una de las nuevas apariciones que dicho protagonista pueda alcanzar. Más extraño aún son los personajes que, a pesar de ser creados como auténticos villanos, alcanzan un nivel de simpatía con el público que lo llevan a encumbrarse en la cima de la literatura.
Si ese ente nacido de la pluma de un gran escritor se ubica en la mente de los consumidores, resultará casi imposible que salga de ahí, seguramente sucederá lo contario, pasará a ser parte de una cultura popular que transmitirá al gusto a nuevas generaciones de lectores por dicho personaje.
Tal es el caso del hijo literario de Thomas Harris: el Dr. Hannibal Lecter, potente protagonista de 4 libros, 5 películas y una serie de televisión.
La primera aparición de Hannibal se da en la novela “Dragón Rojo”, publicada en 1981, en la que Thomas Harris no le da una posición protagónica, sino que lo presenta como un asesino en serie ya en prisión que ayuda a la captura de el llamado “Duende de los dientes”, el texto va presentando algunos chispazos de la historia de Lecter sin que la novela se vierta por completo en el villano el bozal de acero.
En el Silencio de los Corderos se repite la misma historia aunque ahora el Dr. tiene más peso al lado de la bella Clarisse Starling y el duro Will Graham. Una vez llegado el éxito, la tercer novela de Harris no tuvo más remedio que centrarse por completo en la historia del caníbal y su relación, ahora amorosa, con la agente del FBI, sin embargo, el mercado exigía aún más, así que el autor estadounidense lanzó a las librerías el título: Hannibal el origen del mal, en la que cuenta los supuestos primeros años del asesino en serie en su natal Lituania.
El personaje parecía demasiado grande para quedarse en las librerías, su paso al cine fue casi una obligación, la primera novela, El Dragón Rojo fue adaptada un par de veces al cine, la primera de ellas bajo el título de Manhunter, en la que Michael Mann dirige a un tímido Brian Cox encarnando al psiquiatra lituano, a diferencia de sus secuelas, la prisión y el homicida visten tonos blancos que contrastan con los ambientes lúgubres de las cintas en las que Anthony Hopkins inmortaliza al caníbal de gran intelecto.
La graduación de Lecter como icono cinematográfico y literario llegó con la adaptación al cine de la novela: El Silencio de los corderos, conocida en el México como El Silencio de los inocentes, ganadora de varios premios de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas en los EE. UU. La secuencia de la presentación de Lecter ante una senadora norteamericana, en la que el homicida porta el camisa de fuerza y bosal, sin duda se ha colocado en la memoria histórica del cine mundial.
Con mucha menor suerte, la novela Hannibal llegó a las salas de cine, el amor compartido por Starling y Lecter encontró dos versiones distantes entre el libro y la cinta, finales opuestos pusieron fin a la encarnación de Hopkins como Lecter y a la historia de la agente y el homicida en su edad adulta.
La reaparición del psiquiatra llegó en dos producciones más, una cinta que ilustra la niñez y juventud del futuro doctor, con el título Hannibal Rising, así como una serie de televisiva donde se presenta la colaboración del psiquiatra con Will Graham y Jack Crawford, eternos enemigos del psiquiatra caníbal.
Un personaje altamente explotado por la comercialización, que sin duda ocupa ya un lugar de privilegio entre los villanos ficticios más recordados de la historia, un giro de tuerca a la figura del asesino en serie que colocó al fenómeno en los primeros lugares de la atención pública, ése es Hannibal Lecter, llegó, no solo para quedarse, sino para iniciar toda una generación de series y películas sobre los monstruos modernos, los asesinos psicópatas.
