Por Irma Gallo
Papás y mamás: ¿Sabían que si sus hijos no están sacando muy buenas calificaciones en la escuela puede deberse a que no se alimentan bien durante esas horas? Pues así es, muchas veces hemos escuchado que el desayuno es el alimento principal del día porque proporciona el “combustible” necesario para echar a andar la compleja maquinaria que es el cuerpo (con todo y las funciones cerebrales, básicas para todo lo demás).
Bueno, pues imagínense que después de tres horas (o más) de haber tomado el desayuno, los niños seguramente ya hicieron operaciones matemáticas, leyeron, aprendieron verbos (o lo que corresponda al grado escolar en que estén), y quizá hasta hicieron Educación Física.
Entonces ya es momento de comer otra vez, y qué mejor que se trate de alimentos balanceados que les aporten los nutrientes necesarios para seguir aprendiendo.
Esta es la razón por la cual decidí dedicar esta columna a un tema que me parece fundamental: el de qué alimentos resultan más adecuados para los niños en la escuela. Y también porque un papá lector me lo pidió. Así que, ahí vamos.
RAZONES PARA DARLES UNA BUENA COMIDA. El Ministerio de Educación de Buenos Aires, Argentina, publicó en el 2014 el manual Alimentación saludable en la escuela, en el que explica qué se entiende por esto: “Una alimentación saludable es nutricionalmente suficiente, adecuada y completa, compuesta por gran variedad de alimentos, incluida el agua segura (que no ocasiona riesgo al medio ambiente)”.
Por otro lado, según la FAO, que es la oficina de las Naciones Unidas que se dedica a la Alimentación y la Agricultura: “Los niños en edad escolar necesitan alimentarse bien a fin de desarrollarse adecuadamente, evitar las enfermedades y tener energía para estudiar y estar físicamente activos. También necesitan conocimientos y habilidades para escoger opciones alimentarias correctas”.
En el mismo manual argentino, se explica que: “Las ventajas derivadas de un buen nivel de nutrición no sólo se refieren a un adecuado crecimiento físico de las personas, sino que también implican, en los niños, un óptimo desarrollo del nivel madurativo, permitiéndoles que desplieguen las habilidades cognitivas necesarias para comprometerse en experiencias educativas y así poder alcanzar satisfactoriamente sus objetivos”.
Sugerencias de refrigerios
Sándwich de pan integral con atún, agua simple y pepinos, jícama y/o zanahorias con limón.
Tacos de lechuga con pollo o carne asada (la lechuga sustituye a la tortilla), agua simple y una manzana.
Pasta con verduras, agua simple y una pera.
Sincronizadas de pechuga de pavo y queso panela, agua simple y fruta en cuadritos (piña, papaya y melón).
Trocitos de diferentes quesos, nueces, almendras, arándanos, agua simple y sandía en cuadros.
Sándwich de pan pita con jamón de pavo, palomitas naturales hechas en casa, agua simple y palitos de apio.
Verduras a la parrilla con queso panela, agua simple y una manzana.
Sándwich de pan integral con crema de cacahuate (si es hecha en casa mucho mejor), agua simple y brócoli cocido con poca mantequilla o queso crema.
Atún con galletas integrales o tostadas horneadas, agua simple y una naranja en gajos.
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