Liliana pensó que jamás volvería a ver a su hijo cuando salió absuelta de una condena de 77 años en prisión por los delitos de lenocinio, extorsión y daños a la salud. 

En el año 2011, la mujer fue víctima de una trampa que planeó su “padrote” y padre de su pequeño cuando ella comenzó a rebelarse. 

“Me detienen de manera injusta. Mi padrote pone una chica con la que me había peleado, para que me acusara de cobrarle”, explicó Liliana, quien expresó a El Gráfico que a la edad de 14 años se convirtió en una víctima de trata de personas. 

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Fue enganchada cuando salía de clases en la secundaria Técnica 21, en la alcaldía Álvaro Obregón, ahí un sujeto mayor que estaba en un auto le hizo la plática. Cuando ambos comenzaron a frecuentarse, el “padrote” quería saber si sus padres la trataban bien y, al enterarse de que no la dejaban salir, comenzó a invitarla a parques de diversiones.

“Al decirle que no me dejaban salir, que vivía con mis abuelitos, que me pegaban y regañaban, fue cuando caí, porque me empezó a decir ʿ ‘conmigo vas a tener todo, vas a salirʾ (…)’, a los dos meses, me llevó a Coatzacoalcos, Veracruz”, recordó.

VIO LA LUZ

Antes de ser trasladada a la cárcel de Santa Martha, la trabajadora sexual recibió una golpiza por personal de Ministerio Público. Ocho meses después, el abogado que la defendió logró que saliera absuelta porque no había pruebas para juzgarla. Al salir de prisión buscó a su hijo, quien tenía un año, pero no lo encontró en el domicilio en donde vivía el padrote. 

Después de varios meses de búsqueda, Liliana conoció a la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, asociación civil que ayudó a recuperar al pequeño, así como su vida personal y las ganas de trabajar.

Foto: (Staff. El Gráfico)