Por Irma Gallo
Sí, esta columna la escribe una mamá que se arrepiente de no haber sido más firme al momento de exigirle a su hija que hiciera algún deporte. Y no crean que no hizo ninguno: durante unos meses logré que se interesara por la natación, y también tomó clases de baile (en el que se conjuntan el deporte y el arte), sin embargo, me hubiera encantado, a sus tres, cinco, ocho años, saber lo que sé hoy acerca de las grandes ventajas que tiene el deporte para los niños. Así que, para que a ustedes no les pase lo que a mí, aquí van algunas notas:
Ventajas
Mejora la coordinación motora (particularmente importante para los niños con problemas en este ramo), así como la capacidad pulmonar, la elasticidad y la flexibilidad.
Ayuda a tener autocontrol emocional y con ello enseña la tolerancia a la frustración, porque los niños aprenden que no siempre se puede ganar.
Enseña a los niños a trabajar en equipo. Les hace entender la importancia de la disciplina y la constancia.
Potencia la autoestima, porque ganar significa mucho para los niños.
Estimula la concentración y la atención.
Y papás, quizá ahora se estarán preguntando lo mismo que yo: ¿por qué no me enteré de todo esto antes? Bueno, no se preocupen, porque según las edades de sus hijos, todavía hay mucho que pueden hacer para empezar a apasionarse por el deporte.
¿Qué deportes son más adecuados, según la edad?
No se recomienda que los menores de 5 años hagan más de 4 horas de ejercicio al día. A esta edad, el deporte más recomendable es la natación, para ejercitar su coordinación y aumentar su capacidad pulmonar. Si los chicos ya tienen entre 5 a 7 años es muy importante que empiecen a practicar deportes en equipo como individuales, y sobre todo, dejar que elijan el que más les gusta y no obligarlos a hacer uno en particular.
De 8 a 9 años en adelante, los niños ya tendrán los elementos suficientes para decidir si se van a dedicar en serio al deporte, a nivel competencia o no.
Si es lo primero, habrá que apoyarlos llevándolos a sus entrenamientos y motivándolos constantemente, recordándoles lo importante que son la constancia y la disciplina para lograr sus metas. Y si es lo segundo, no pasa nada. Hay que recordar que no hay que forzarlos, pues sólo conseguiremos que se alejen de este, como todas las cosas que se hacen por obligación.
¿Y si no les gusta hacer ejercicio?
En este caso, lo mejor será limitarles el tiempo frente a los gadgets como celulares, videojuegos y tabletas, así como la televisión y la computadora, y motivarlos a caminar y andar en bici.
Hay muchas maneras creativas de enseñarles lo importante que es moverse: por ejemplo, poner la música que les gusta y bailar con ellos, planear un día al aire libre para que jueguen y corran, llevarlos a un balneario o parque temático, etcétera. Lo normal en los niños es moverse, no lo contrario. Recuérdenlo.
