“Quiero tener un noviazgo lésbico pero la que me hace cariñitos es casada, ¿qué hago?”

PREGUNTA: Me enamoré de una casada que jamás había estado con una mujer. Soy su primera. El encuentro fue en el baño de un restaurante. La vi salir del cubículo cuando me estaba lavando las manos y antes de que pudiera yo decir nada, su pulgar comenzó a acariciar mi rostro, sin dudarlo besé sus labios y sus dedos me tocaron llenos de curiosidad. La disfruto, me disfruta. Creamos una esfera en donde solo existamos ella y yo. ¿Cómo le hago para seguir de novia con ella sin provocar una ruptura en su matrimonio?

RESPUESTA: Puede que la ruptura haya sido inevitable contigo y sin ti. Enamorarse de cuerpo entero de un tercero es una prueba de vida. La confianza, la verdad, el entendimiento, la madurez, la lealtad se ponen en juego. Vivir a una edad madura el descubrimiento homosexual es más común de lo que imaginamos, es desechar lo aprendido y darte la chance de formarte de nuevo.

PREGUNTA: Vivo en Cuernavaca. Mi novio en la ciudad. Sólo nos vemos los fines y la pasamos juntos. No me importa saberlo con otras entre semana. De lunes a viernes tengo espacio para estar conmigo. Me funciona, nos funciona. La única  que hace preguntas insinuando cosas turbias que nos pone incómodos a los dos es su hermana, ¿qué hago para que deje las indirectas y ya no se meta con nosotros?

RESPUESTA: No hay como decir la verdad. “Nos funciona”. Punto. Cada pareja pone sus propios acuerdos, incluso a veces no son hablados, pero acuerdos hay. Hombres y mujeres tenemos derechos de poner en la mesa acuerdos nuevos,acuerdos que va descubriendo con el tiempo. Así es como evoluciona una pareja, así dilo: “darnos nuestro espacio nos funciona bien”. No dejes que sus comentarios te pongan incómoda.

PREGUNTA: Irme a vivir lejos de mi mamá y de su novio fue la mejor decisión que he tomado. Pude liberarme de sus peleas y sus reconciliaciones. En estos dos años me he hecho de una vida profesional; tengo un trabajo estable cerca de donde vivo en el sur de la ciudad. Me olvidé de lo que es verla llorar. Dejé de sufrir con ella. Renuncié a saberla víctima y sumisa ante un patán que la culpa porque le va mal. Mi mamá me llora, me pide que regrese. Puede que me arrepienta, pero no quiero regresar. ¿Es egoísta de mi parte vivir del otro lado de la ciudad?

RESPUESTA: Haces muy bien en poner distancia. Los problemas de una pareja tóxica hacen que las demás relaciones se contaminen. Duele ver el maltrato, te llena de frustración ver a los demás perder todos los días. No hay mejor que alejarte, encontrar tu independencia y tener un camino productivo.

PREGUNTA: Nuestra situación económica no va bien y mi mujer me maltrata mucho. Lo sabe todo el edificio. El otro día me fui a casa del vecino para tener un momento de paz y mi mujer lo agarró a gritos y amenazas. No todos los días es violenta, lo que sucede es que tenemos mucha presión desde que perdí mi trabajo. Yo la entiendo, pero me deja mal con los del edificio, me humilla con palabras que me bajan la moral. No sé ni dónde meterme. ¿Cómo se resuelve un caso así?

RESPUESTA: Muchas víctimas de violencia terminan muertas. Es necesario alejarte de una persona que la toma contra ti. Darle paso al maltrato no es una solución. Es un error pensar que el amor y el agravio van de la mano. Claro que hay épocas difíciles, pero no se arreglan humillando al otro. Busca una chamba y un lugar donde vivir, el maltrato verbal destruye, baja la autoestima y termina por hacerte pedazos. No lo permitas.

PREGUNTA: Mi marido se fue de la casa casi dos semanas y pude darme cuenta que sacar de nuestras vidas su malestar y su mal humor fue muy bueno para mí y para mis dos hijos. Sin él estamos mejor. No hay como tener en la casa paz. Eso es lo que quiero. No sé cómo hacer para que ya no vuelva, ¿qué le digo para que no regrese?

RESPUESTA: Poner un hasta aquí no es cosa fácil. Hay muchas cosas que tienes que arreglar, pero el primer paso ya lo ya está dado. La distancia es una buena forma de poner a prueba la relación, de hacer que te aprecien. Si logras cambiar tú, todo va a cambiar. Si te quedas aguantando y te acostumbras al maltrato, todo seguirá igual y le estarás dando a tus hijos un pésimo ejemplo de vida familiar. Tomar decisiones con una ayuda terapéutica ayuda mucho porque elaboras un plan y te escuchas.