EN LA CDMX, 50% OPTA POR CREMAR A SUS DIFUNTOS
Eligen convertir cadáveres en polvo que enterrarlos, en CDMX
La saturación de los panteones y la diferencia de costos entre la incineración y la sepultura son las principales causas
Yadín Xolalpa | El Gráfico
Diana Higareda y Daniela Hernández
Desde hace más de 20 años, Enrique, de 62, se traslada todos los días desde el kilómetro 20 de la carretera a Toluca, hasta el Panteón Español, al norte de la capital. Su trabajo: cuidar de aquellos que muchos han olvidado. “La gente ya no viene como antes. Las tumbas están olvidadas. Antes había una tradición de que la familia venía seguido, traían flores y convivían un rato con sus difuntos, pero cada vez es menos. Ahora los creman porque ya no quieren venir al panteón”, relata este hombre.
La saturación de los panteones y la diferencia de costos entre la incineración y la sepultura son las principales causas de que la costumbre de enterrar a los muertos poco a poco disminuya en la ciudad. De 2014 a 2016, el destino final de 50% de los capitalinos que murieron fue la cremación, de acuerdo con datos de la Consejería Jurídica y Servicios Legales. En esos tres años se realizaron 74 mil 731 incineraciones.
“El uso de crematorios ha tenido un auge desde hace ocho años y cada vez es más solicitada en el país. La falta de espacios en panteones y la aceptación del Vaticano para practicantes católicos, ha detonado este incremento”, explica el ingeniero Moisés Pichardo, fundador de Incineradores y Crematorios Ecológicos (Incimex).
En la ciudad, existen 72 mil 287 fosas disponibles. Estos espacios son insuficientes para el número de fallecidos en la CDMX que se acerca a los 51 mil.
Aunque la tradición del entierro difícilmente se perderá, sí hay una evolución en la forma de ver el ritual de la muerte, “pagar una cremación es más práctico e inmediato. Incluso, por el dolor de evitar esa parte del entierro que representa dejar a tu familiar sepultado”, explica la socióloga de la UNAM, Alicia Juárez.
Juan García, de 95 años, y Enrique mantienen viva la tradición de procurar a los seres descanso en tierra. Ven a la cremación con tristeza, pero reconocen que es un negocio necesario que cada vez más capitalinos eligen como su destino, tras la muerte.
