Niño lucha contra el rechazo indígena
Niños buscan encarar la discriminación fortalecidos por el combate grecorromano
(Foto: Juan Carlos Reyes, El Gráfico)
Por Karina Álvarez
Ángel está convencido de vencer a su oponente pese a que lo supera en peso, edad y experiencia. El niño, que apenas tiene ocho años, es una mezcla de etnias: su padre es mam y su madre otomí; chiapaneco y oaxaqueña, respectivamente.
Ángel se ha cambiado el uniforme escolar y en su lugar se ha vestido con un ‘maillot’ (traje de lycra pegado al cuerpo) que deja sus piernas y brazos al descubierto para tener una mayor movilidad en los combates.
Ángel está sobre el tapiz, comienza a moverse con sigilo, como felino al acecho se acerca a su presa. El rival, es una mujer y además, su entrenadora.
MÁS SEGURO
“Desde la banca, José Osvaldo Anleu Cabrera observa la acción: ‘Tiene ocho meses entrenando. No sabes cómo ha cambiado su forma de ser, ahora tengo un hijo más seguro, más confiado, más ‘entrón’”, dice el orgulloso padre.
Son ocho meses en los que Ángel Jafet Anleu practica lucha grecorromana en la Sala de Armas de Ciudad Deportiva, ubicada entre las delegaciones Iztacalco y Venustiano Carraza.
Él es miembro del primer grupo de niños indígenas que viven en la ciudad de México y practican lucha grecorromana, deporte que los ha ayudado a sobrellevar la discriminación de la que sus padres dicen que son víctimas, tanto en la calle, como en las escuelas.
La familia de Ángel forma parte de los 300 mil 138 indígenas que viven en la ciudad de México, según datos de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec).
José Osvaldo asegura que la discriminación que viven en la ciudad es constante: “El simple hecho de venir de una comunidad indígena ya te tacha; si hasta entre nosotros, que somos adultos, hay discriminación, imagínate cómo lo padece un niño. Mi hijo, antes de entrenar, no sabes cómo sufría”.
La Sederec registra que la población indígena joven que radica en el DF es de 36 mil 67 personas, según el Inegi (2010).
Las delegaciones políticas con mayor población indígena son: Iztapalapa con 8 mil 61, Gustavo A. Madero, 4 mil 224; Tlalpan, 3 mil 108 y Cuauhtémoc con 2 mil 558.
Actualmente se reconocen 143 pueblos originarios y 171 barrios en el DF. Además conviven 164 etnias del resto del país.
José Osvaldo Anleu creó el Movimiento y Bienestar Social de Indígenas Radicados en el Distrito Federal (Mobisir) junto con otros indígenas.
Juan Pelagio Chaparro Alaníz fue luchador profesional de lucha grecorromana y en 2012 se retiró para entrenar nuevos talentos. “Acá queremos que los niños vengan; tenemos al tercer lugar nacional de lucha grecorromana y es de origen zapoteco”, comenta el profesor que cada sábado entrena a 10 niños indígenas.
“Me subió de calificaciones, he visto cómo ha cambiado su cuerpo, se siente más seguro, ahora camina derecho, ya no se le agacha a nadie, ya no le hacen ‘bullying’, no porque se ponga violento con los demás niños, sino que ahora los enfrenta con palabras, ya no se ‘achica’”, afirma el hombre mam.
BUSCAN RESPETO
Él sabe que el hecho de ser indígenas no nos hace menos, al contrario, venimos directo de nuestros antepasados.
“Queremos cambiar las cosas, queremos respeto por nuestras tradiciones y por nuestros niños”, asegura José Osvaldo.