Vacacionistas, nada los frena para huir
El entusiasmo por salir a divertirse hizo que aguantaran los retrasos en la Terminal del Sur, que se debieron a la desorganización de usuarios
Foto: Gerardo Suárez
Todo está listo: boleto en mano, maletas a reventar, ahorros en la cartera y familias enteras que esperan en medio del caos, el comienzo de sus vacaciones.
Es Semana Santa y el éxodo de ‘chilangos’ se refleja en una caótica terminal de autobuses y en las largas filas de vehículos que esperan atravesar las casetas del peaje.
Han pasado seis horas desde que la familia Muñiz, salió de su natal Chimalhuacán. Entre abuelos, primos, tíos y hasta el novio invitado, suman 12 personas que hasta la noche del miércoles planeaban viajar en una camioneta.
“Ya está vieja y se nos descompuso, pero no por ser una carcacha nos íbamos a quedar sin vacaciones”, lo dice la mayor de las mujeres de la familia Muñiz. Por eso, ella y los suyos partieron del municipio, en el oriente de la ciudad, hacia la terminal de autobuses.
Alcanzaron boletos para viajar a Acapulco y eso para ellos, es ganancia. No les importa que esos pasajes les hayan restado 480 pesos a los ahorros que cada quien carga consigo.
Tampoco les enoja que sean las 11:30 de la mañana y que al retraso de dos horas, se puedan sumar otras dos. “Lo que importa es salir a divertirse”, dice el abuelo y regresa al sueño que lo invade. Y sí, son vacaciones de Semana Santa y a los 2 mil usuarios que cada hora entran a la Central Camionera, sólo les interesa abordar un camión.
AGUANTA VARA. Por ese gran número de viajeros, Andrés Hernández se olvida de su cansancio y de su estrés. Él es jefe de la terminal del Sur y es quien debe enfrentar el mal humor, los reclamos y hasta los golpes de alguno que otro usuario que en su desesperación por abordar camión, termina por enfurecer y arremeter.
Paciencia se necesita para trabajar en los días en que la mayoría sale a vacacionar. “El miércoles y jueves Santo, son los peores días del año”, dice quien hasta ayer al medio día, rebasaba las 72 horas sin dormir.
Y sí, la paciencia de ese hombre ha logrado que los 30 empleados de la Central del Sur, trabajen sin descanso y sin renegar. Son sólo dos días que en nada se comparan a los “días Santos” de años pasados. Así lo dice Karla Jara, una de las empleadas que desde hace 14 años, trabaja en dar información a los pasajeros de la central.
Antes, dice, era tanta la gente que no se podía caminar por los pasillos, las corridas se retrasaban hasta 10 horas y los viajeros no dejaban de arribar.
Hoy, la falta de dinero se refleja en pasillos de la central, lo dice mientras una de las familias se queja de tanto esperar.
LARGA ESPERA. Es la familia Alegría. El apellido en nada se parece a su sentir. Los Alegría salieron de Cuautitlán Izcalli a las 5:00 de la mañana y planeaban acampar en un balneario de Morelos.
Sentados bajo un cartel que les desea “Feliz Navidad”, esperan que las horas en la Central Camionera, no se prolonguen hasta que llegue el invierno.
Con las horas, los Alegría pierden su alegría y comienzan a planear el regreso a la ciudad. Deberá ser el lunes por la tarde cuando ya “todos regresen a trabajar”. Y es que se imaginan que el tránsito en la autopista, modificará sus planes.
Pero para los choferes de autobuses, los atrasos en la central no son por el tráfico en las carreteras sino por la falta de orden en los usuarios.
“Son pasajeros que viajan hasta con la mascota y que exigen llevar las maletas arriba del autobús y no en los cajones de carga, eso es parte del problema de atrasos en las corridas de camiones”.
Pero ni el tráfico ni el desorden, frenan el ir y venir de capitalinos que asisten a la Central Camionera del Sur. Ahí sólo queda escuchar el altavoz de quien recomienda “no dejarse sorprender por revendedores que ofrecen boletos para salir con anticipación” y así aminorar las horas de espera, porque esa mentira sí podría arruinar sus vacaciones.