Abunda en tianguis, comercios y hasta por internet
Ropa de paca inunda la República Mexicana
Detectan cadenas de prendas no usadas traídas de Asia; ‘es desleal’, dicen industriales
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Por Ivette Saldaña
En la industria textil-confección hay alarma porque a pesar de las prohibiciones legales para importar ropa usada en pacas llegaron aproximadamente 27 millones de kilos por un valor de 21 millones de dólares a México en 2016, dijo el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex), José Cohen.
Las prendas de vestir que entran al año pueden generar mil 500 millones de pesos de ventas para comerciantes de mercados y tianguis.
Uno de los cálculos es que hay cuatro prendas en cada kilo, así que si se considera que el precio promedio es de 80 centavos de dólar el kilo, es decir, 16 pesos, la prenda entra a 4 pesos. Se estima que 80% de la ropa no es usada, sino que son sobrantes de cadenas que se venden como si fueran usadas, pero empacadas en pacas.
“No puede entrar ropa usada al país por un tema fitosanitario, porque puede traer pulgas”, dijo Cohen.
El problema es que no se sabe cómo entran al país, si es contrabando bronco, operaciones pulverizadas o algún otro esquema, pero “te encuentras en internet o en los mercados anuncios de ‘se vende ropa usada o en paca’”.
Si bien aún no se establece la ruta que siguen las pacas para entrar al país, Otexa, un organismo de estadísticas de EU, sí detectó salida de bultos.
Por ejemplo, en 2016 se contabilizaron 27 millones de kilos y se estima que se llegue a 30 millones este año, si se considera que entre enero y febrero ingresaron 4 millones.
Cohen expuso que las pacas que entran se venden por toda la República con marcas estadounidenses, pero son prendas hechas en Asia, en países como China, India, Pakistán y Bangladesh.
Se trata de empresas muy organizadas que cuentan con bodegas inmensas en EU, tienen embaladoras para hacer la paca, clasificar ropa y tiendas donde venden las pacas. En internet hay empresas que ofrecen ropa en pacas y tienen infraestructura para comercializarlas.
Cohen aseveró “es una competencia desleal y es tema que preocupa y alarma” a la industria textil y de confección.