LOCATARIOS DEL MERCADO AGRÍCOLA ORIENTAL
Temen que súper les tire sus ventas
Aunque autoridades dicen que la colocación de un supermercado no es un hecho, en el lugar ya hay obreros y se solicita personal
(Foto: Archivo El Gráfico)
En Iztacalco más de mil familias se sienten en riesgo de perder su patrimonio. Son locatarios de un mercado público, dueños de locales establecidos y comerciantes ambulantes, a quienes a 40 metros de sus negocios les construyen un supermercado.
Cada local del mercado Agrícola Oriental ubicado en la colonia del mismo nombre ha sido atendido por tres generaciones, este domingo cumplen 55 años de historia y el hecho de tener un autoservicio enfrente acabaría con sus ventas.
Además de terminar con el estilo tradicional comercial de la colonia, pues en la zona se ubican 350 locales del mercado, 120 locales establecidos y 610 comerciantes ambulantes.
De acuerdo con representantes de locatarios, es injusto que no haya autoridades que se preocupen por la fuente de empleo de cientos de familias ni por mantener la tradición de un lugar de abasto popular.
El predio cuenta desde 2008 con un uso de suelo mercantil, y aunque autoridades delegacionales y de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) se han reunido con comerciantes y les han indicado que el permiso para la instalación de un supermercado apenas está en proceso, las obras al interior de la estructura que anteriormente albergaba a una panadería y una zapatería se llevan a cabo día y noche.
En un recorrido realizado por esta casa editorial, se encontró que al interior del predio ya se han tirado muros y techos. Y a pesar de que el papeleo está “en proceso”, en los alrededores de la colonia circulan camionetas anunciando la próxima inauguración y la apertura de vacantes de empleo para la sucursal Agrícola Oriental ubicada en avenida Sur 16.
Al mismo tiempo, se encontró que el predio se ubica entre vías secundarias, por lo que no cuenta con el espacio suficiente para carga y descarga ni para la salida continua de vehículos.
De acuerdo con comerciantes, en los últimos diez años las ventas han caído hasta en 60%, aún así, cada local ha sostenido familias y formado otras.
Germán Bonilla, de 58 años, es el tercero de su generación en trabajar en un local de frutas y legumbres que hay en el centro de abasto; y asegura que un supermercado sería una traición a la comunidad.
“Desde hace unos años se han instalado tiendas y minisúper, estos ya han afectado las ventas de nuestro mercado. Antes, con un local, ya salía para ir comprando un coche o una casita, ahora nada más nos da para salir al día y si nos ponen un supermercado acabaríamos en números rojos”, dijo el locatario.
Para doña Alicia, estas acciones la hacen suponer que se buscan desaparecer los mercados: “Para eso no necesitan cerrarlos, con que sigan poniendo supermercados nos bajan las ventas” lamentó.
(Foto: Archivo El Gráfico)