En Zoológico de Guadalajara
Gorilas de Guadalajara condenadas a estar solas
La legislación actual impide que las ‘viudas de Bantú’ puedan tener otra pareja procedente de Estados Unidoso Canadá
(Foto: Archivo El Gráfico)
Chencha es una gorila de 31 años, 1.55, y posee una fuerza brutal, pero su timidez progresó hace siete años. “Siempre, como las de su especie, buscó refugio detrás de su macho llamado Chato, un simio fulminado una tarde del invierno de 2009 (en el Zoológico de Guadalajara) a causa de fibrosis miocárdica, un padecimiento en que los músculos del corazón pierden fuerza para irrigar sangre”, dice Luis Soto, especialista, mientras Chencha mira a cierta distancia al reportero y mejor se va lejos, a la piscina.
En cambio, Faustina, hija de Chencha y Chato, más alta y con cinco kilos de peso menos que su madre se ha quedado en la orilla del exhibidor de mil 500 metros en una postura casi sensual: tendida sobre un pasto creciente y con la cabeza detenida con una mano y codo en ángulo de 90 grados.
Luis Soto es veterinario. De los 13 años que lleva de trabajo, sólo el primero no estuvo en el área de primates, lo que hace que hoy sea uno de los mejores especialistas de simios en el país.
Al morir Chato, Chencha y Faustina se deprimieron. “Entonces, fue hace siete años cuando comenzamos los trámites para traer a Bantú a Guadalajara”, explica. Pero todo se burocratizó en el Zoológico de Chapultepec.
La pareja de gorilas llegó a Guadalajara en 1989, procedentes de Guinea Ecuatorial, África, donde llevaban una vida silvestre. Sin embargo, se adaptaron fácil al cautiverio y tuvieron a Faustina.
Pero la segunda administración de Chapultepec volvió a retrasar los trámites.
Con la muerte de Bantú ya sólo quedan tres gorilas en el país. La otra también es hembra. Se llama Arila. Vive en Zacango, estado de México.
El caso de ella es sui géneris. No se puede adaptar a compañía. Está condenada, después de un fallido intento, a vivir sola el resto de sus días.
Las hembras llegan a superar los 40 años. Los machos, sin embargo, son propensos a muertes más jóvenes por problemas cardiacos.
La legislación actual impide la introducción al país de otro macho para fines de compañía o de apareamiento. En Estados Unidos y Canadá la situación de gorilas está al revés.
Quedan machos sin familia. En vida silvestre hay nada más unos 200 mil gorilas, puede parecer un número grande, pero es una población frágil que sufre daños.
Una de las peores amenazas que enfrentan todos los días es que en las regiones en que habitan se extrae uno de los minerales más codiciados para fabricar pilas para celulares u otros aparatos. Además, los cazan para comérselos.
A este ritmo, para 2040 o 2050, se calcula, ya no existirá esta especie en vida silvestre. Chencha y Faustina puede ser que para esa fecha también hayan muerto.
En tanto, continuarán con su rutina: despertarán a las 8:00 de la mañana y a las 7:00 de la noche se refugiarán en su dormitorio.
Estados Unidos y Canadá han ofrecido machos para las viudas de Bantú. No es posible porque el artículo 55 Bis de la Ley General de Vida Silvestre impide la importación y exportación de simios a menos que sea para fines científicos.
Con información de Alejandro Sánchez.