SISMOS DE 1985 Y 2017

Sismo con mayor magnitud, pero menos intenso que el del 85

El temblor de la Ciudad de México de 1985 fue cinco veces más devastador que el que vivimos la noche del jueves con epicentro en Pijijiapan, Chiapas

Foto: Archivo El Gráfico

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Al día 09/09/2017 11:31 Redacción Actualizada 11:35
 

El sismo registrado el jueves 7 de septiembre fue de 8.2, incluso mayor que el terremoto de 1985 (con magnitud de 8.1), la intensidad fue de apenas una quinta parte de lo registrado en el desastre que devastó la Ciudad de México. 

Sin embargo, los niveles de intensidad registrados en la ciudad de Oaxaca sí son equiparables a los que vivió la capital del país en 1985.

“Es muy importante distinguir la intensidad. Son dos conceptos diferentes. Magnitud corresponde al tamaño del sismo, la energía que éste libera en el lugar donde se origina y la intensidad se refiere a la aceleración, al movimiento del terreno. El sismo de la Ciudad de México de 1985 fue cinco veces más grande que el que vivimos la noche del jueves con epicentro en las costas de Chiapas”, explicó Xyoli Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional.

Esto explica por qué el reciente terremoto con epicentro en Pijijiapan, Chiapas, resultó mucho menos catastrófico para la capital del país, de acuerdo con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Servicio Sismológico Nacional.

“Es importante mencionar que este sismo tuvo niveles de intensidad de una tercera parte o una quinta parte de lo que se observó en el 85. Para la Ciudad de México no fue un sismo que se esperara que ocasionara daños”, señaló Leonardo Ramírez Guzmán, titular de la Unidad de Instrumentación Sísmica del Instituto de Ingeniería UNAM.

En este sentido, estimaciones del Instituto de Ingeniería de la UNAM, señalan que 50 millones de personas sintieron el sismo y aproximadamente 38 millones lo percibieron de manera fuerte.

De este modo, el sismo de 2017 en la Ciudad de México tuvo una intensidad de entre 2 y 5 cm, mientras que el terremoto registrado el 20 de marzo de 2012 tuvo una aceleración entre 12.08 y 36.99 cm y el terremoto del 19 de septiembre de 1985 tuvo una aceleración entre 32.54 y 161.63 cm. Medidas que demuestran las marcadas diferencias entre cada uno de los sismos cuyas magnitudes fueron de 8.2 para el de 2017; 7.4 para el de 2012 y 8.1 para de 1985.

Otro elemento que influyó en que el más reciente sismo no se sintiera igual al de 1985, tiene que ver con la distancia. 

Mientras el terremoto de 1985 tuvo su epicentro en la costa de Guerrero, con una distancia de no más de 400 kilómetros respecto a la Ciudad de México, en 2017 son más de 650 kilómetros de distancia con epicentro en Chiapas.

De ahí que los efectos más destructivos del temblor de 2017 se ubicaran en Oaxaca y Chiapas, región donde “hay referencias de un sismo de magnitud 8, con localización similar al que tuvimos la noche anterior, este ocurrió el 15 de enero de 1931 y también en la zona se registró en 1999 uno de 7.1, es un lugar donde han ocurrido sismos como estos”, según señaló la jefa del SSN.

Situación de desastre que se agravó por las deficiencias en los códigos de construcción que existen en otras entidades del país, en comparación con lo que ocurrió en la Ciudad de México en 85.

El sismo del pasado jueves es el más alto registrado en el último siglo, junto con otro ocurrido en 1932 en las costas de Jalisco, ambos con una magnitud de 8.2.

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