Perdió la vista desde los 18 años
Operadora de radio policial es inspiración para su hija, en Nezahualcóyotl
A la muerte de su marido, Norma pidió ocupar su lugar dentro de la comisaría del municipio
(Foto: Francisco Rodríguez)
Por Ignacio Ramírez
El amor por su hija es la mayor razón que ha impulsado a la policía municipal de Nezahualcóyotl, Norma Alicia Castro Ramírez, a sacarla adelante y ‘ver’ por su futuro, pese a la ceguera que padece.
A sus 57 años, Norma se ha desempeñado los últimos 10 como operadora de radio en el Centro de Mando, C4i, de la policía municipal, donde apoya a los patrulleros en campo.
A la muerte de su marido, que también era invidente y radioperador, solicitó sustituirlo; hoy, tiene dibujado en su mente el mapa del oriente del municipio, perímetro que tiene a su cargo.
Orgullosa. Para Mariana, su única hija, la ceguera de sus padres es motivo de orgullo, más que de vergüenza, y el 10 de mayo es un día más: para ellas todos los días son de la madre.
“Mi hija siempre platica y me presenta a sus amigos, nunca se ha sentido avergonzada”, presume Norma a El Gráfico.
Pese a perder a su padre a los siete años, Mariana ha seguido el ejemplo de su mamá y no se da por vencida en buscar concluir la preparatoria, certificar su inglés y conseguir una licencia como sobrecargo.
“Ha cambiado como tres veces lo que quiere estudiar y qué quiere ser; ya ahorita que está terminando la prepa, ya se definió para ser sobrecargo, ella decide”, confío la madre.
VALIENTE. Norma, oriunda de San Luis Potosí, perdió la vista cuando tenía 18 años debido a una enfermedad congénita; desde hace dos décadas, vive en Neza y diariamente viaja sola de su casa al trabajo y de regreso, sólo con la ayuda de su bastón y su instinto.
“Mi hija una vez me preguntó que qué cambiaría de mi vida y le dije: ‘a lo mejor poder ver’, y le digo: ‘¿y tú?, ya sé, mejor no me digas, que no hubieras tenido papás ciegos’. Y me contestó: ‘No, yo cambiaría que mi papá no se hubiera muerto’. Mi hija no sé si lo acepta, pero ya está acostumbrada”, confiesa la ejemplar mujer.
(Fotos: Francisco Rodríguez)