“es como volver a empezar”, expresan
Sismo derrumbó años de esfuerzo y trabajo de decenas de personas
Aún no hay un dictamen oficial, las autoridades les dijeron que “hay situaciones más urgentes”
(Foto: Iván Cruz, El Gráfico)
Por Cristina Hernández y Carlos Landetta
El local que pertenece al negocio “Piñatas Mena Bambolinos”, que durante 12 años se caracterizó por su colorido al exhibir las piñatas hechas por la familia Mena, quedó prácticamente vacío después del sismo del 19 de septiembre. Ahora, en el piso se pueden ver estas figuras empolvadas, entre los restos de las paredes destruidas por el terremoto.
Quedaron también algunos muebles, pero sobresalen los muros derruidos que dan un aspecto sombrío y la sensación de que en cualquier momento el techo se puede venir abajo. En la calle hay vidrios rotos y todavía está la cinta amarilla que prohíbe el paso a los peatones.
A PUNTO DEL COLAPSO
El negocio estaba en el número 288 en la esquina de Melchor Ocampo y Río Tiber, en la delegación Cuauhtémoc. El edificio quedó con severos daños tras el temblor y ahora está en riesgo de colapso, por lo que negocios y departamentos tuvieron que ser desalojados.
Es uno de los 452 mil establecimientos en la Ciudad dañados por el terremoto. De éstos, sólo 1 de cada 10 han recibido ayuda por parte de las autoridades.
La familia Mena rentaba en la planta baja de este edificio desde hace 12 años, allí fabricaban y exhibían sus piñatas. Todos sus ingresos provenían de ese negocio. Desde el día 20 de septiembre se han dedicado a buscar un local nuevo para seguir trabajando, pero aún no han encontrado el adecuado.
Por el momento, les prestaron un departamento en Azcapotzalco donde guardan las figuras e intentan seguir fabricando, aunque resulta difícil por lo reducido del espacio.
En el taller, ubicado en Circuito Interior, trabajaban Hugo, Alicia y tres empleados más, quienes ahora consideran que su reubicación y la dificultad de no tener un lugar establecido afectará sus ventas durante los próximos meses, “ya teníamos a nuestros clientes cautivos que nos seguían desde hace muchos años por lo céntrico del local”.
“Es empezar de cero porque tenemos que buscar un nuevo local y acreditarlo”, dice la señora Alicia.
La familia Mena dice que aún no hay un dictamen oficial, las autoridades les dijeron que “hay situaciones más urgentes”, cuenta Hugo.
SIN CONSULTORIO
El doctor Mario Landetta llegó a la colonia Roma hace un año, sin embargo, llevaba más de tres intentado poner su consultorio en esta zona de la Ciudad.
Junto con su esposa, que trabaja con él, el negocio comenzó a conocerse por las pacientes y por fin empezaban a llenar su agenda de citas, pero el sismo les quitó la oportunidad de seguir creciendo.
A Mario nadie le avisó, no fue hasta que llegó a la torre de consultorios que se enteró de su situación. Lo único que se podía ver en la entrada era un comunicado de Protección Civil en el cual catalogaban el inmueble como inhabitable.
“Lo primero que me vino a la mente fue que todo mi mobiliario se había perdido”, dice el doctor.
Mario ejerce la especialidad de ginecología y obstetricia, en su lugar de trabajo había equipo médico especializado. Todo ese material lo ha conseguido a lo largo del tiempo, con sus ahorros.
Hasta el momento, aún no ha podido entrar al edificio para saber si su equipo está en buen estado.
Lo que más le preocupa no es lo que cuestan sus equipos, sino no poder utilizarlos. De la semana del sismo hasta hoy no ha podido dar 20 consultas que tenía programadas y el número sigue creciendo.
“La vida sigue y por el momento mi consulta, que es el motor de mi quehacer médico, está paralizada” concluye.