Viajan en grupo para evitar riesgo en carreteras

Migrantes mexicanos cruzan 3 mil kilómetros por la familia

Salen de varios puntos de Estados Unidos para celebrar fiestas decembrinas

(Foto: Especial)

Al día 11/12/2017 20:06 Actualizada 20:06
 

Paulina Rosales | En White Pigeon, Michigan (Enviada)

El dejar el lugar de origen para iniciar una nueva vida en otro país, aprender otro idioma y distintas costumbres son la cotidianidad para 33.7 millones de hispanohablantes de origen mexicano que, de acuerdo con el Pew Hispanic Center, residen en Estados Unidos con la intención de dejar atrás la pobreza y mejorar su nivel de vida.

Hace 27 años, Braulio Mon-roy, originario de Jalpan de Serra, Querétaro, decidió formar parte de las estadísticas y emigró a Estados Unidos. Actualmente, vive en White-Pigeon, un poblado localizado en Michigan, a sólo dos horas de Canadá.

Cubierta de nieve, a causa de la primera nevada de este año, la casa de los Monroy está en la periferia de esta localidad; su vivienda se asemeja a todas las de su vecindario: techo de dos aguas, dos o tres camionetas en el garage y calefacción para soportar las bajas temperaturas del invierno.

 Las condiciones son muy diferentes a las de Jalpan de Serra, en la Sierra Gorda queretana, donde 58.8% de la población aún vive en pobreza, según el censo del Consejo Nacional de Evaluacion de la Politica de Desarrollo Social (Coneval) de 2015.

“Probé aquí y me gustó mucho el trabajo de campo, la agricultura. Soy de rancho y, entonces, le dije a un amigo: ‘me gustaría trabajar aquí’. En el (año) 91 me vine e invité a unos amigos a trabajar, también a mi papá, quien vivía aquí cerquita y después se regresó a México. Trabajé con unos tíos como supervisor de una compañía que sembraba tomates”, recuerda. 

Sus hijos son cinco: Braulio, el mayor de 23 años; Emmanuel, de 21; Daniel, de 18; Adrián, de 17, y el más pequeño, Uriel, de nueve años. Su historia comenzó en 1993, cuando conoció a Heriberta, su esposa, también originaria de Jalpan, y quien un mes después de casarse ya residía en Estados Unidos.

“La brincamos por el río Bravo porque ella no traía papeles. La amarré a una llanta inflable y nos cruzamos el río. Yo tenía papeles, pero ella no. Fuimos a Nueva York, estuvimos ahí un año y medio y nos regresamos a Michigan en 1994, cuando nació Junior (Braulio), el más grande”, comenta.

La travesía. Desde hace ocho años, los Monroy se disponen a prepararse para participar en la Caravana del Migrante que reúne cada fin de año, en Laredo, a migrantes queretanos (y de otros estados) venidos de todo Estados Unidos, quienes desde esa ciudad ingresan a territorio mexicano en grupo para evitar los peligros de las carreteras y poder llegar sanos y salvos a sus comunidades de origen, donde pasarán la Navidad y el Año Nuevo.

 

Google News - Elgrafico

Comentarios