Héctor mantiene la tradición del organillo

Por Michelle García

EN TOLUCA. Por herencia familiar, desde hace ya 10 años que Héctor Troncoso López se convirtió en el propietario de uno de los 58 ejemplares de organillo que existen en México, instrumento que comenzó su historia en épocas del Porfiriato y que, actualmente, pocos lo conocen al momento de escucharlo en calles del Centro Histórico de Toluca.

Héctor retomó el oficio de los padres de su esposa y aunque acepta que su andar con este instrumento no siempre es redituable, él cuenta con el afecto suficiente para continuar con la tradición y seguir llenando las calles con estas melodías, que tienen más de 200 años de antigüedad.

“La gente ya no lo conoce, sólo los mayores nos dicen cosas como: ‘qué bueno que sigan la tradición’ y hasta monedas nos dan", platicó Héctor.

HASTA QUE SE METE EL SOL. Todos los días, Héctor recorre las principales calles del centro, acompañado de uno de sus familiares.

Tocan y animan el camino de los transeúntes desde las 9 de la mañana y hasta las 8 de la noche.

“Son rutinas largas, pero nos gusta conservar esta tradición, ya nos sentimos parte del centro de Toluca y desde hace 10 años que estamos aquí tocando para la gente”, explicó Héctor.

Para ellos, estar en las calles se ha convertido en un compromiso, ya que aseguran que forman parte de la imagen urbana y, hasta la fecha, las autoridades de cada administración les han permitido continuar tocando en las calles.

Un poco de historia

Hacia 1880 llegaron a Latinoamérica los primeros organillos, procedentes de Alemania, de mano de la casa de instrumentos “Wagner y Levien”. En 1975, en México se organizó el sindicato de quienes tocan este instrumento con el nombre de 'Unión de Organilleros del Distrito Federal y la República Mexicana, este grupo se distingue por su uniforme café tomado de los uniformes del ejército del general Francisco Villa; hay otra organización “Unión Libre”, pero ellos usan uniforme gris.