Faltaban a las escuela
Libera a niñas toalla reciclable
Las menores africanas ya tienen una alternativa para los días de menstruación: unos chones con funda
(Foto: Archivo El Gráfico)
Por Mónica Ocampo
En países en vía de desarrollo, la menstruación es un motivo que obliga a las niñas a dejar la escuela. Además del silencio y el estigma que rodea al tema, la falta de acceso a toallas y tampones ocasiona que una de cada diez pierda de dos a seis días de escuela al mes, explica Diana Sierra, creadora de Be Girl, una marca que fabrica pantaletas y toallas reutilizables.
La idea surgió después de la crisis de los 30, cuando la diseñadora colombiana decidió dejar Panasonic, Nike y LG para hacer una maestría en la Universidad de Columbia, Nueva York; con lo que tuvo la oportunidad de hacer prácticas en África, en una comunidad de artesanos de Barara, una zona rural de Uganda.
Ahí, le sorprendió la cantidad de niñas que la visitaban para pedirle trabajo; sin embargo, al no poder contratar menores de edad, decidió darles clases los domingos después de misa, pero encontró otra sorpresa: las chicas faltaban no por gusto, sino para evitarse la vergüenza de exponerse con una mancha de sangre entre la ropa.
PIERDEN HORAS DE ESTUDIO
Comenzó a investigar y descubrió que el 40% de las niñas de esa zona no contaba con productos sanitarios cuando les llegaba el periodo, lo cual ocasionaba que perdieran una semana de clases al mes. Eso representa una cuarta parte del año escolar, “los papás piensan que la niña no rinde y la sacan para ponerla a trabajar en alguna finca”, explica la diseñadora.
Así fue como decidió crear una toalla higiénica con tela de paraguas y un mosquitero, “utilizaban trozos de algodón o trapos entre los pantalones. Eso les permitía recoger el flujo, pero no evitaba que se mancharan la ropa”. Aunque otra realidad golpeó a la diseñadora: muchas niñas ni siquiera utilizaban pantaletas. Entonces, creó un segundo producto: calzoncillos con un bolsillo integrado con materiales impermeables, “funciona con un bolsillo de malla que se sella y se adhiere a la parte inferior del calzón. Se puede rellenar de tela, papel, algodón para absorber el flujo”, explica.
SENTIRSE BONITA
Los calzoncillos los diseñó en colores llamativos y encajes seductores, pues en varias entrevistas las niñas le pidieron a Diana dejar la solemnidad, además de cómodas querían lucir sexys y bonitas.
“Entendí que aunque una persona viva en condiciones difíciles y tenga pocos recursos, el nivel de sus aspiraciones jamás se relacionará con sus niveles de ingreso. Tú puedes tener bajos recursos, pero tus aspiraciones están por los cielos”, reflexiona.
La empresa Be Girl opera en 12 países como Uganda, Malawi, Tanzania, Ruanda, Malí, Jordania, Marruecos, Islas Salomón, Georgia, Etiopía, Somalia y ahora en Estados Unidos, “no es sólo un problema de África, sino de todos los países que tienen niveles de pobreza extrema.