Castiga a su estómago Javidú con huelga

Dennis A. García

Agua, miel y limones es la dieta de la huelga de hambre por la que han optado algunos internos en las cárceles de México, para ejercer presión a las autoridades penitenciarias.

Esa técnica ahora la aplica el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, en el Reclusorio Norte, en protesta por la forma en que se lleva su proceso y la intervención del actual mandatario veracruzano, Miguel Ángel Yunes, puesto que considera que es una “persecución política”.

SIN FECHA DE CADUCIDAD, AÚN. A menos de 24 horas de anunciar su huelga de hambre en la celda, la defensa del ex priísta comentó que la decisión de Duarte de no probar alimentos será de manera indefinida.

El abogado Marco Antonio del Toro manifestó su preocupación por la huelga de hambre que comenzó en el reclusorio, ya que pone en riesgo su estado de salud.

“La defensa del ex gobernador Javier Duarte se solidariza con los motivos que le impulsaron para tomar la decisión de iniciar una huelga de hambre en su celda; sin embargo, de ninguna manera está de acuerdo con el hecho de que ponga su estado de salud en riesgo”.

“La defensa hará lo imposible porque pare esta huelga de hambre; también trabaja porque se garantice un recto, honesto y leal derecho de defensa que impida que no se consume ni un atropello más”.

Por medio de una carta la noche del jueves, Duarte anunció su huelga de hambre.

Por otra parte, la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México reportó que el estado de salud de Duarte es estable y se le estarían realizando revisiones médicas tres veces al día.