“Se siente muy bonito bonito”
Joven de 18 años interpretará a Jesús en crucifixión
Ariel se ha sometido a una intensa preparación para la 173 representación de la Pasión y Muerte de Cristo en Iztapalapa
(Foto: Archivo El Gráfico)
Los vecinos de la delegación Iztapalapa se dicen listos para la 173 representación de la Pasión y Muerte de Cristo que se llevará a cabo esta Semana Santa. Con aplausos y una oración, los actores concluyeron sus ensayos.
La representación de la Pasión de Cristo comenzará este Domingo de Ramos, con la bendición de las Palmas en la Parroquia de San Lucas y la entrada triunfal de Jesús de Nazaret a Jerusalén, en el santuario del Señor de la Cuevita. Y concluirá el Sábado de Gloria, con la Resurrección de Jesús.
Este año, Jesús de Nazaret será interpretado por Ariel Rodrigo Luna Estrella, de 18 años, quien trabaja en una fábrica de mochilas y bolsos.
En entrevista dijo sentirse orgulloso de interpretar ese papel y feliz por darle un buen momento a su familia.
“Mi hermano que falleció me decía que consiguiera el personaje de Jesús y ahora que lo tengo desgraciadamente él ya no lo verá, pero se lo voy a dedicar”.
Es originario del Barrio de San José y comenta que su trabajo está dedicado principalmente a sus padres, quienes después de la pérdida de su hermano Oswaldo, quien falleció hace un año, “se las han visto duras, han sido momentos muy difíciles”.
Ariel, de 1.90 metros de estatura, se muestra serio todo el tiempo. Recuerda el día que le dieron a conocer que representaría a Jesús y se le dibuja una sonrisa, también cuando relata cómo sus papás recibieron la noticia.
“No recuerdo ni cómo ni cuándo me dieron el libreto del personaje, sino hasta que entré a un cuarto fue cuando me dijeron que llenara una hoja con mis datos, me temblaban las manos de los nervios, pregunté —¿es en serio?— y me dijeron —sí Ariel, es en serio.
“Se siente muy bonito, también cuando mis papás supieron. Ellos no estaban cuando me dijeron y cuando llegaron, la gente los felicitaba y no sabían por qué, hasta que les dije que se acercaran al cuarto donde estábamos firmando, hasta les salieron las lágrimas”.
Durante la representación, Ariel vivirá en carne propia los momentos más importantes de Jesucristo, entre ellos el cargar una cruz de 90 kilos hacia el cerro de la Estrella por lo que —desde enero— tuvo que prepararse teniendo una alimentación balanceada, ejercitándose con el arrastre de una cruz con el peso aproximado, pero principalmente, su preparación fue espiritual.
Los golpes, asegura, van dentro de la preparación; “el saber que me los están dando y cuál es el motivo; ese motivo para mí son por muchas cosas que tengo en mente, metas que espero se cumplan”.
Ariel confía en que la tradición seguirá por varios años y que esta representación genera unión entre vecinos, quitando la estigmatización sobre la seguridad de la delegación.