Curioso casi de nacimiento, Metinides trabajó sin interrupción durante 70 años. Desde sus comienzos en la época de los 40, luego en diversos diarios capitalinos, y después como fotógrafo independiente.
Aunque su especialidad eran las fotos de desastres, crímenes, accidentes, la calidad de sus imágenes, su ojo privilegiado y su impresionante capacidad para la composición llamaron la atención de curadores y galeristas, impresionados por su trabajo.
“Primero hice una colección de choques”, contaba el fotógrafo en el documental “El hombre que ha visto demasiado”, en el que se revisa desde su comienzo en la fotografía, pasando por sus innumerables anécdotas.
Las imágenes de don Enrique revelaban no sólo el momento de una tragedia sino todo lo que rodeaba a éste.
En la exposición que se le dedicó en el Foto Museo Cuatro Caminos señalaba que uno de los aspectos que más le atraían era la atención que cada accidente provocaba en los testigos. “En cada imagen, los mirones se pueden ver como otra foto”.
Además de las miles de fotos que publicó en periódicos y revistas, su trabajo se mostró en galerías y museos, debido no sólo a su gran calidad sino a su calidad estética.







