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(Foto: Unsplash)
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Durante el invierno la luz del sol disminuye lo que también puede oscurecer nuestro estado de ánimo y provocar el llamado Trastorno Afectivo Estacional (TAE). No ignores los síntomas que incluyen afectaciones del sueño, disminución de la energía y falta de apetito o aumento de peso, ansiedad o irritabilidad. Existen herramientas que ayudan a que dicho trastorno sea más llevade ro, como la fototerapia (terapia con luz). La psicoterapia y suplementos de vitamina D resultan útiles. Puedes además fomentar el autocuidado saliendo a pasear con regularidad, llevar un mayor control del estrés, ver por tu higiene de sueño, sociabiliza o hacer ejercicio. No te automediques, acude a tu médico para que te haga una evaluación; es posible que tu depresión, en la recta final del año, tenga otra razón.