Además de su impecable atención a sus comensales, la mujer originaria de Jalacingo, Veracruz, maneja un excelente sentido del humor al contar cómo las abejas comenzaron a acercarse a ella en plena ‘hora pico’ matutina.
“Empezaron viniendo unas cuantas y de repente ya vi que eran demasiadas, entonces decidí dejarlas, que se pasaran, no sé a qué se debe, pero ya están aquí”, agregó la “Reina de las Abejas”.
Jugando y no, asegura que las abejas platican con ella y cuenta que hace casi cinco años leyó un artículo en el que se enteró que ellas reconocen los rostros de las personas, por eso le gusta sentirse bendecida por sus “amiguitas” que muy pocas veces han dejado sus aguijones en su piel jarocha.
Esta artesana del café instantáneo constantemente rocía agua en una pequeña cubeta con azúcar en donde revolotean y posan las abejas ante la mirada incrédula de sus clientes nuevos y la certeza de su clientela de siempre de que las abejas se acercan a ella por su buena vibra.
“Le da un toque especial al café porque sabe distinto, yo creo que por eso tiene mucha gente”, aseguró Michel, un cliente frecuente.
“Al principio era una experiencia medio rara ver tantas abejas y que la gente a cada rato le preguntara que si eran de ella, que si venían solas, y ya después Mary nos explicó que le fueron llegando solitas”, comentó Levy, un oficinista que labora en la zona.
A un costado del Parque España, todos los días desde seis de la mañana y hasta el mediodía, doña Mary vende pan, café y casi con una devoción solemne alimenta a un colmenar.