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“Quería venir, mi hija aún está trabajando y ella ya de vacaciones y pues aquí andamos con el nieto, es algo que muy pocas veces podemos disfrutar y si es gratis, pues qué mejor”, comentó Virginia.
Todos los que ingresaban eran supervisados por “duendes”. “Con cuidado, agárrense de la orilla y les digo cómo dar los pasos, si se caen, no pasa nada, aquí los ayudó. Estamos para eso”, decía el instructor, mientras empujaba a un niño sobre la foca, el niño desde afuera recibe los ánimos de su papá, quien por temor, dijo, no se metió.
La pista de hielo es vigilado por elementos de la SSC, además, cada 10 minutos se acerca una ambulancia, pero de momento —según los reportes— no se ha requerido.
Cada patinador estaba poco más de media hora dentro. “Ya me salí porque me dio frío, pero vivo a la vuelta, aquí me la voy a pasar en mis vacaciones”, indicó Alicia, otra niña de siete años.







