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A más de dos meses de que la plaza Izazaga 89 cerrara sus puertas, el lugar sigue sin operar y se encuentra con las puertas cerradas; sin embargo, la venta de productos chinos en esta parte del Centro de la Ciudad de México no se detiene.
Tan solo a un costado de la entrada principal de la plaza, otro pequeño local de productos de origen chino sigue recibiendo grandes cajas sin descanso, así como filas de clientes esperando por entrar al sitio.
Dentro de este local, se venden de todo tipo de productos, que van desde juguetes, ropa, accesorios, electrónica o maquillaje a bajos precios.
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A este lugar, camiones cargados de cajas con logotipos chinos llegan constantemente a descargar a las afueras del local, mismos que son supervisados por un grupo de hombres de aparente origen asiático que revisan cada caja antes de que sean ingresadas al lugar por diableros.
Además, otras plazas comerciales cercanas siguen operando de manera habitual, como Izazaga 38, Izazaga 151 o Izazaga 99, que son edificios similares a Izazaga 89, con gran distribución de productos asiáticos que llegan continuamente.
El constante flujo de diableros cargando grandes cantidades de cajas con productos marcados con logotipos chinos también es perceptible a lo largo de la calle Izazaga y las demás vialidades aledañas.
Por otro lado, en la calle Cuauhtémoc, que se encuentra en la parte de atrás de la calle Izazaga, una de las locatarias afirmó que decidió abrir su puesto a pesar de que los dueños del inmueble negaron la posibilidad de que se pueda vender en el mismo.
“No, no tenemos permiso, yo tenía mis llaves y abrí así (...) es que, si no nos dan oportunidad de trabajar, una se las tiene que arreglar”, dijo la locataria.
Se trata de un pequeño local de termos y envases que opera sobre la calle Nezahualcóyotl, a un costado de la entrada trasera donde cientos de locatarios retiraron toda su mercancía el 30 de noviembre del año pasado y que se resiste a cerrar.
