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Teuchitlán.— Bajo el galerón donde se encontraron los zapatos, la ropa y el altar a la Santa Muerte, dentro del rancho Izaguirre, ya sólo quedan adoquines apilados y rastros de excavaciones, aún así los buscadores observaban con atención el suelo, tratando de localizar algún indicio olvidado.
Personal de la Fiscalía de Jalisco registró los nombres de los visitantes, y a partir de ahí, el recorrido iba por cuenta propia; decenas de elementos de la policía investigadora y de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas resguardaban el sitio, pero nadie daba una explicación de lo que ahí se hacía.
Lo que esperaban fuera una visita para atestiguar cómo se procesa el lugar y se subsana el rosario de omisiones documentadas desde que el 5 de marzo el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco entró al predio, se convirtió en una nueva afrenta para las madres buscadoras.
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“una burla”. “No hay nada de trabajos, es una burla para nosotras las víctimas, no saben el dolor que una madre, una esposa o una hija trae por su familiar desaparecido, y que te vengan a dar un tour como si fuera un museo o la locación de una película, nos sentimos ofendidas, esto es un teatro, es una burla y una simulación”, lamenta Elia Cervantes, del Colectivo Familias Unidas por Nayarit.
Atendieron al llamado buscadoras de Nayarit, Zacatecas, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, medios de comunicación, activistas, youtubers, más de 300 personas.
Así, impulsadas por su deseo de saber “rompieron” el cerco. La decepción fue grande. Esperaban encontrar los montones de ropa que vieron una y otra vez en videos, pero todo eso ya no está.
A medio camino, uno de los buscadores que ingresó el 5 de marzo intentaba dar sentido a la visita, “y explicaba un poco de lo que ellos encontraron: “en estos cuartos había bidones que al parecer tenían químicos. Uno de los sobrevivientes ha dicho que a este sitio le decían a carnicería”, añadió.
“Nos trajeron a un rancho vacío y nadie nos da la cara”, insiste Liliana Meza, mientras algunos de los funcionarios del gobierno de Jalisco confiesan por lo bajo: “Nos tendieron una emboscada desde la FGR, nos soltaron una bomba con poco tiempo para reaccionar”.
