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Ante la escasez de agua potable que enfrentan ciertas colonias, más la época de calor y temporada de estiaje, habitantes de la Ciudad de México optan por opciones económicas para obtener el líquido; en este contexto, los garrafones del programa Agua Bienestar, que arrancó en enero pasado, se han vuelto productos con alta demanda y “una ganga”.
En el Pedregal de Santo Domingo, uno de los nueve barrios originarios de Coyoacán, cientos de personas forman largas filas para un garrafón que el gobierno vende en 5 pesos.
En un recorrido por PILARES La Escuelita, en la calle Cicalco, la gente espera paciente por varias horas, sin importar el calor.
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Pagar cinco pesos por un garrafón para algunos vecinos es “una ganga” en comparación con los costos que tiene rellenar un recipiente del mismo tamaño en otras partes de la Ciudad de México, pues los precios van desde los 15 hasta los 65 pesos en purificadoras de agua convencionales.
Gregoria, habitante de la zona, contó que solía pagar hasta 55 pesos por un garrafón de agua que le dura alrededor de una semana para ella y su familia. Ahora sólo gasta 5 pesos por la misma cantidad del líquido.
Van por nuevas 13 plantas garrafoneras
A dos meses de su puesta en operación, hay en nueve de las 16 alcaldías y busca ser “un complemento del suministro de agua en zonas vulnerables (...) con líquido de muy buena calidad”, afirmó José Mario Esparza, secretario de Gestión Integral del Agua (Segiagua).
Cada semana se producen más de mil garrafones provenientes de una nueva planta ubicada en Xotepingo, en la que el líquido se purifica y envasa para cumplir con los estándares de calidad adecuados para que pueda consumirse sin preocupaciones.
No obstante, explica el secretario, “estamos en un proceso de construcción de más plantas garrafoneras para incrementar la producción; la meta de este año es llegar a una producción y distribución de 20 mil garrafones diarios”. El objetivo es construir 13 plantas purificadoras en este 2025.
Antes de que los garrafones lleguen a los puntos de entrega pasan por un meticuloso proceso de purificación.
EL DATO
Habitantes de Santo Domingo, Coyoacán, reportan que usan los garrafones para tomar, cocinar y lavar los trastes.