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Con engaños, ciberdelincuentes convencen a menores de edad para robarles la cuenta de WhatsApp y cometer un secuestro virtual, pidiendo rescate a sus padres y familiares. Afortunadamente, existen herramientas como el control parental, la comunicación constante y el refuerzo de medidas de seguridad que pueden prevenir esta clase de delitos.
El auge de las redes sociales, sumado a las nuevas modalidades educativas, ha acelerado la exposición de menores de edad (a partir de los seis años) a internet, alcanzando al 78.6% de la población infantil, según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH). Aunque esto puede potenciar sus habilidades tecnológicas, también los expone a diversos riesgos.
La Asociación Mexicana de Internet alerta que, en los últimos dos años, el uso de identidades falsas (phishing), el ciberacoso y el grooming se han convertido en las amenazas más comunes para los menores de edad.
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¿Cómo operan los ciberdelincuentes?
Contactan a los menores en redes sociales, juegos u otras plataformas, entablando comunicación por WhatsApp.
Les sustraen el código de verificación de la cuenta de WhatsApp para tomar el control.
Realizan una llamada de voz para distraer a la víctima mientras pierden el acceso a su cuenta.
Dan instrucciones para alejar a los menores de sus familiares.
Desde la cuenta del menor, piden dinero a los familiares, quienes, al no poder comunicarse directamente con él, suelen entrar en pánico y acceden a realizar depósitos.
Recomendaciones
Instalar y configurar aplicaciones de control parental que ofrezcan ubicación, límite de tiempo en pantalla, ajustes de seguridad y verificación en dos pasos.
Alertar a los menores sobre los riesgos de hablar con desconocidos en redes sociales y compartir datos personales, familiares o de domicilio.
Activar la privacidad máxima y la verificación en dos pasos en todas sus cuentas.
Supervisar la lista de contactos de los menores de manera constante.
Mantener comunicación abierta para que los menores se sientan seguros de reportar cualquier situación extraña o sospechosa.