Según ahí no hay trata, todo es por voluntad propia
Sexoservicio masculino en la Ciudad de México
Algunos cobran, otros no, pero en La Ciudadela se ofrece placer clandestino durante las noches
Foto: Shareni Guzmán. El Gráfico
El parque de La Ciudadela es emblema histórico de la Ciudad de México, ahí se desarrolló parte de la Decena Trágica. En la época actual, el edificio que fue una tabacalera hoy alberga la Biblioteca México y desde 1996 cada fin de semana se convierte en una pista de baile; pero también es donde por la noche se ejerce el sexoservicio masculino.
Los sábados y domingos, cuando la música que ameniza el danzón se apaga, llegan las parejas que buscan otro tipo de acción. De las 22:00 a las 04:00 horas La Ciudadela es punto de reunión de hombres y mujeres que buscan sexo clandestino con desconocidos. Algunos cobran, otros no.
Édgar es uno de los chicos que cada ocho días llega a la calle de Enrico Martínez, se coloca a un lado de los muros de la Biblioteca México a esperar que se detenga un automóvil y a ver qué le depara la noche. Él sólo brinda servicio a mujeres y a parejas, el cobro depende de lo que le piden, puede ser desde 300 pesos hasta dos mil pesos por sesión.
Según el joven de 28 años, los hombres ofrecen distintos servicios y se ubican por zonas: sobre Enrico Martínez, cerca de La Ciudadela, se encuentran los heterosexuales que sólo aceptan tríos y mujeres. Sobre esa misma calle están los gays y dentro del parque, hombres que tienen sexo consensuado con otros hombres, conocido como “cotorreo”.
CON CÓDIGO
En un recorrido en automóvil y a pie se constató que viernes, sábados y domingos, después de las 22:00 horas, en Enrico Martínez hay cerca de 30 hombres. Para acercarse hay todo un código y de quien no lo sepa, desconfían.
La mayoría de las veces la calle está oscura, sólo se aprecia la figura de los sexoservidores cuando las luces de los autos los iluminan. Ellos aprovechan y se tocan los genitales. Si el auto se estaciona, se acercan y comienza el “ligue”.
Hay veces que en el mismo auto en movimiento tienen relaciones y la pareja o el esposo sólo ven. También, agrega, en ocasiones le piden tener relaciones sobre avenidas, en escaleras o encima de los autos. Todo eso se cobra extra.
Edgar asegura que en La Ciudadela nadie los obliga a prostituirse ni tienen que pagar una cuota a algún padrote. La mayoría de los que están ahí, dice, es porque les gusta el sexo y la otra parte, que es mínima, está por necesidad. Reiteró que ahí no hay trata, “los que van es por voluntad propia”.
Sin embargo, comenta que “esto se ha convertido en toda una mafia. Hay hoteles con los que tenemos convenio, como el Senador [ubicado en la Doctores], incluso hay estacionamientos donde le das 50 pesos y te dejan pasar y, puedes hacer lo que quieras”.