Niños ven más películas y telenovelas
El contenido que observan en la Tv es dirigido a los adultos
Foto ilustrativa (El Gráfico / Archivo)
Con un promedio de 4.34 horas diarias frente a la televisión y prácticamente sin supervisión por parte de un adulto, los niños mexicanos ven más telenovelas y películas para adultos, que caricaturas y contenido adecuado a su edad, informó la organización A Favor de lo Mejor en un informe.
La asociación dio a conocer que los niños pasan tres veces más tiempo frente a la televisión que dentro de un salón de clases y sólo 6% de la programación que se transmite en el horario infantil es considerada apropiada para ellos.
En ese sentido, la organización reportó que la programación que más ven es, en orden de frecuencia: películas, caricaturas y telenovelas.
Indicó que 81% de los niños que ve televisión lo hace sin la supervisión de un adulto y que de los diez canales de televisión abierta disponibles sólo tres ofrecen programación infantil.
Ante esa situación la asociación considera importante evaluar los contenidos para ayudar a los medios a ofrecer contenidos adecuados a sus audiencias, de tal manera que presentó su consejo, con el cual el organismo no gubernamental busca proteger y promover los derechos a través de la participación del público, con el propósito de contribuir con los medios y las autoridades para generar mejores contenidos.
“Derivado de las reformas en la nueva Ley de Telecomunicaciones y el reconocimiento de los derechos a la audiencias, nos encontramos ante la gran oportunidad de entablar un diálogo entre todos los actores que forman parte del proceso de comunicación: audiencia-medio-autoridades, y trabajar de la mano en la construcción de contenidos que contribuyan a la educación, cultura y desarrollo humano de la sociedad”, dijo Francisco González Garza, presidente de la asociación.
En tanto, Javier Tejado, vicepresidente de la CIRT, llamó a poner atención también en los contenidos en medios digitales, pues el crecimiento de estas plataformas, apuntó, es exponencial.
Por Pierre-Marc René