Reencuentro y protesta
Paisanos y familiares 'gringos' se abrazan en Río Bravo
Participantes envían mensaje de unidad ante medidas migratorias del mandatario de EU, Donald Trump
Foto: EFE
Por Luis Fierro
EN CIUDAD JUÁREZ. Mientras autoridades de EU anunciaron la construcción de un muro fronterizo que separará su nación de México, 600 familias alejadas por cuestiones migratorias se unieron en un abrazo justo a la mitad del Río Bravo, en un reencuentro que a la par sirvió de protesta ante la creciente postura antiinmigrante que adoptó el nuevo gobierno de EU.
“Abrazos No Muros”, un programa desarrollado por la Red Fronteriza de Derechos Humanos, permitió que por tercera ocasión familias provenientes de ambos lados de la frontera pudieran verse después de décadas, e incluso que muchos abuelos vieran por primera vez a sus nietos.
Sin embargo, está quizá sea la última oportunidad de llevar a cabo un encuentro de esta naturaleza, pues los organizadores consideran poco probable que el gobierno de Donald Trump autorice una nueva manifestación.
Previo al encuentro, en el lado de El Paso, Texas, se realizó una marcha que partió desde el barrio "Chihuahua", una zona habitada eminentemente por mexicanos.
Luego, desde cada lado de la frontera las familias fueron descendiendo, los paisanos de blanco, los "gringos" de azul, todos bajo la estricta supervisión de la patrulla fronteriza que se mantuvo al margen, sólo vigilando.
Llantos, risas, sorpresas, emociones de todo tipo se vivieron entre las aguas del río, que en esta ocasión llevaba una pequeña corriente, aunque a nadie le importó mojarse o las bajas temperaturas que se registraron durante el encuentro.
La Red Fronteriza rechazó esta semana algunas de las desiciones del presidente Trump, particularmente la Orden Ejecutiva para iniciar la construcción del muro, así como el anuncio de la incorporación de 5 mil nuevos agentes de migración.