Su hija mató a su hermana y a su madre
Igor Lechtchenko, padre de la joven rusa, desconoce detalles del crimen de su ex esposa e hija
(Foto: Luis Cortés)
Lo que siente Igor Lechtchenko es indescriptible: Yuliya, su ex esposa, y su pequeña hija, Valeria, fueron asesinadas y la presunta culpable es su hija mayor, Anastasia. Pero él no puede juzgarla, aún no, porque ni siquiera ha podido entrar al penal donde está o ver su expediente.
“Su abogado sigue sin comunicarse conmigo. La última vez me dejó plantado, dijo que tenía un compromiso”, señala en la primera entrevista que concede a un medio de comunicación.
Igor se ve decaído, la mirada al piso. Ahora su figura contrasta con esas fotografías donde posa con su traje de bailarín con el pecho erguido y una gran sonrisa. Hoy, sólo sonríe de vez en vez, cuando recuerda su vida pasada en el circo, en Rusia.
Igor asegura que lo único que anhela es ver a Anastasia para preguntarle qué fue lo que pasó, cuál es la verdad tras el doble asesinato. Y es que la joven asegura que su primera confesión es una mentira, y que fue obligada a declarar bajo tortura y tras ser abusada sexualmente.
Dice que no existen palabras o definiciones para expresar lo que está viviendo: “Qué más quisiera yo... como padre, me gustaría que sea así como ella declaró. Me niego de creer que la primera declaración es cierta”.
Asegura que el abogado de la joven, Gabriel Celestino, no contesta sus llamadas y la única vez que iban a encontrarse para fotocopiar su expediente, nunca llegó. Igor esperó ansioso en una papelería y tras una hora lo llamó, pero Celestino dijo que tenía un compromiso.
“No entiendo quién lo contrató, primero dijo que los amigos de mi hija, pero no es cierto. Luego dijo que la embajada rusa lo había contratado, pero ya constaté que eso es una mentira”, explica.
No sabe de dónde salió el abogado que le ha negado la información sobre la muerte de su hija y esposa, por eso es urgente ver a Anastasia; quiere saber cómo se involucró en el caso.
EL CRIMEN. Igor ya se cansó de hablar del día del crimen por la impotencia de no saber qué responder. Aunque sí recuerda que una semana antes del asesinato, sacó a Anastasia de un centro de rehabilitación por consumo de drogas.
“Yo la saqué el día primero de junio. La llevé a la casa y le dije que no trabajara, que se relajara y que en una semana regresaba para platicar tranquilos”; una semana después, Anastasia declaró que desmembró los cuerpos de su madre y hermana.
Igor lo único que quiere es ver a su hija, sentarse frente a ella y preguntar, preguntar tantas cosas.
Laura Sánchez