Así es como se puede tratar la adicción a la pornografía en los adolescentes

La adicción a la pornografía representa un comportamiento de alto riesgo que se extiende cada vez más entre los adolescentes. Y es posible que tu hij@ no sea la excepción.

¿Por qué lo ven? Para aprender acerca del sexo, por curiosidad, para relajarse, por aburrimiento, para encontrar placer sexual, por influencia de sus amigos, para hacer una exploración de su propio cuerpo, para estimular su fantasía.

Como puedes ver, la mayoría de estas razones son válidas, incluso sanas. La cuestión es que el uso de la pornografía puede volverse problemático. Esto sucede cuando ver pornografía se ha convertido en una conducta compulsiva (repetitiva) y en una obsesión.

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¿Cómo le afecta?

Si el adolescente sufre de ansiedad o depresión es probable que caiga en el uso problemático de la pornografía: obsesión y compulsión.

Algunos estudios resaltan el hecho de que hombres jóvenes (incluso de 20 años) están reportando disfunción erectil debido al consumo excesivo de pornografía en la adolescencia.

Cuando un adolescente entra en contacto con la idea del sexo a través del porno, comienza su educación y experiencia sexual con una completa malinterpretación de la realidad.

La pornografía le transmite la idea de que las relaciones no tienen significado y que la gratificación sexual es lo único importante.

La apariencia exagerada de los actores puede hacer que el adolescente se sienta avergonzado o inseguro de su propio cuerpo.

Si el adolescente ve pornografía constantemente, es probable que le cueste excitarse con el cuerpo de personas en la vida real, que no lucen como los actores porno.

El constante uso de pornografía puede con facilidad llevar al adolescente a acostumbrarse tanto a los estímulos intensos que podría terminar excitándose sólo con porno extremo.

Normaliza el sexo sin protección, lo cual pone en riesgo la salud del joven y es factor de riesgo de embarazos.

Cuando el adolescente participa en acciones que producen adicción con facilidad, como es el caso de la pornografía, la dopamina (hormona del placer) inunda su cerebro. Con el incremento de esta actividad y las descargas constantes de dopamina, puede ser presa fácil de la adicción.

(Fotos: Ilustrativa Unsplash)

¿QUÉ HACER?

Si descubriste que a tu adolescente le gusta ver porno, no estás sol@ en este mundo. Aquí hay algunas ideas de lo que puedes hacer para manejar la situación:

1. Aunque la pornografía no es ideal para explorar la sexualidad o aprender acerca del sexo, es importante que evites que el adolescente se sienta avergonzado.

2. Habla con él/ella, sin juzgar, acerca de estos temas: el coqueteo sano y el consentimiento mutuo para tener sexo, el riesgo de la adicción al porno, no agresión en el noviazgo, cómo el porno puede dar una idea falsa de las relaciones sexuales.

3. Tengan conversaciones acerca del sexo seguro (con protección), prácticas sexuales sanas y seguras (en soledad y con otros). Asegúrate de que tu adolescente tenga la certeza de que puede acercarse a ti sin sentirse avergonzado.

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