Sin embargo, esa costumbre puede cruzar límites de riesgo, como es el caso de las llamadas de broma al número de emergencia 911. Este año, de acuerdo con los registros del C5 de la Ciudad de México, en el 911 hemos tenido más de 50 mil casos de bromas o insultos, que generan distracción de recursos esenciales para emergencias reales.
Cada una representa tiempo, esfuerzo y recursos perdidos, mientras llamadas genuinas que podrían significar la diferencia entre la vida y la muerte quedan en espera. En situaciones extremas —aunque en la capital nacional no se han registrado por el protocolo de atención—, podrían generar la movilización de unidades hacia incidentes inexistentes.
Aunque esta es una falta cívica sancionada con 20 a 36 horas o 10 a 18 horas de trabajo comunitario, la mejor forma de evitarla es fortaleciendo el respeto por los servicios de emergencia.
¡Ponte al tiro! El 911 no es una inocente palomita a la que debes engañar.
@guerrerochipres