NO LE FALLAN
¡Nada los detuvo! Ni el frío, ni la lluvia pudieron contra la devoción de los Guadalupanos
La caminata fue interminable, algunos apenas podían dar un paso sobre otro, pero se logró
(Foto: Berenice Fregoso)
CIUDAD DE MÉXICO.- Nada los detuvo. Ni el frío, ni la lluvia, ni las largas distancias que tuvieron que recorrer desde sus lugares de origen para llegar a su cita anual: a la Basílica de Guadalupe.
De Puebla, Tlaxcala, de municipios del suroriente del Estado de México y de alcaldías del oriente de la Ciudad de México caminaron miles de peregrinos hacia su destino.
Las vialidades se convirtieron en ríos humanos de fe, devoción y solidaridad. La caminata fue interminable, algunos apenas podían dar un paso sobre otro, pero el compromiso que tienen con la Virgen de Guadalupe los motivó a no claudicar.
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Hasta la mañana de ayer, Omar Calderón llevaba más de dos días caminando. Salió desde el sábado de su casa, en San José la Reforma, Tlaxcala.
“La fe que tenemos y venir a dar gracias por otro año más de vida, de trabajo y de salud”, así resumió el motivo de su periplo guadalupano.
Antes de las 10:30 horas, Roberto, un joven de Valle de Chalco, en compañía de varios amigos ya llevaba más de cuatro horas caminando, primero por la autopista México-Puebla y luego por la calzada Ignacio Zaragoza.
“Nos tocó un poco de lluvia en el camino, pues. La fe es grande, vamos a agradecerle salud, lo esencial”, dijo mientras no detuvo su marcha, pues no hay tiempo que perder.
Agua, comida o fruta recibieron en su andar hasta el cerro del Tepeyac, de manos de otros guadalupanos, pero también masajes gratuitos que les permitían fortalecer las rodillas, pies o caderas adoloridas por tantos kilómetros que recorrieron.