Chavito quiso completar para la quincena con mano armada y esto ocurrió, en la CDMX

Gilberto, de 17 años, decidió juntarse con su novia. Con un empleo en la informalidad, no alcanzaba a cubrir gastos de la vida marital, lo que le recriminaba su pareja.

Gilberto decidió aceptar la propuesta de un conocido de la zona donde laboraba para conducir una motocicleta y perpetrar asaltos a transeúntes.

Dicha actividad ilícita le representó un ingreso extra, pero también un riesgo: en un atraco aparentemente fácil, Gilberto y su conocido fueron detenidos por la policía.

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Su compañero, mayor de edad, fue vinculado a proceso por robo y enviado a prisión; pero a él un juez de control especializado en justicia para adolescentes, aunque también lo vinculó a proceso y le ordenó presentarse a firmar, remitió su caso al Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la CDMX, a fin de buscar una reparación del daño a la víctima que le permitiera una salida alterna al proceso penal.

En una primera sesión, en la sede del CJA, en Niños Héroes 133, colonia Doctores, el facilitador penal explicó a la víctima y a Gilberto, los alcances de la facilitación penal.

A la víctima, le explicó que lo primordial era que se le reparara el daño: pago del celular hurtado y los 1,200 pesos que llevaba en su cartera; a su vez, a Gilberto le explicó que, de cubrir el daño, el juez podría autorizarle una salida alterna al proceso penal.

Para una segunda sesión, la víctima escuchó de Gilberto una disculpa, y con el apoyo de su familia, ofreció resarcir el monto del celular y los 1,200 pesos, en dos parcialidades.

Aunque la víctima exigió el pago en una sola exhibición, finalmente accedió al pago en dos parcialidades, y firmaron el convenio de facilitación penal que, remitido al juez y aprobado por éste, permitió cerrar el caso penal en contra de Gilberto, una vez que hizo efectivo el pago a la víctima