Revelan que pasó con "El Chueco", sangriento asesino de sacerdotes jesuitas en Chihuahua

CEROCAHUI, CHIHUAHUA.- “Por lo menos ya dormimos a gusto”, comenta ‘don Saúl’, quien radica en Cerocahui, la región de Urique, conocida a nivel nacional hace dos meses por el asesinato de un guía de turistas, un joven beisbolista y los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, a manos de José Noriel Portillo Gil ‘El Chueco’.

En esa misma región, ahora es común observar patrullajes de fuerzas federales y estatales, en otros días lo normal era ver pasear al líder criminal.

"Él se creía el del power de todo, como está chávalo. Lo vimos muchas veces por aquí, pasaba en camionetones, hasta traía un carro blindado”, describe uno de los habitantes que lo vio.

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Los entrevistados coinciden en dos cosas: no querer dar su nombre por seguridad, y que ‘El Chueco’ habitaba en Bahuichivo, a 17 kilómetros de Cerocahui, de donde, dicen, controlaba regiones cercanas como San Rafael, Cerocahui, Urique, incluso su poder llegaba hasta Guazapares y Chínipas; “tenía su residencia en Bahuichivo, una casota. En Urique estaba haciendo otra a metros de la presidencia [municipal] y todo mundo sabe, pero ahorita no se escucha que ande aquí”, comenta otro.

Varios de los entrevistados aseguran que fue el mismo delincuente quien colocó a las autoridades de las regiones de Urique, como el presidente municipal Daniel Silva Figueroa (MC) alias ‘La Changa’; “nunca se le ha visto aquí [al presidente municipal]. Es mentira eso que él declaró que venía y aquí se estaba. Creo que vino cuando sepultaron a los padres [jesuitas] y de ahí ya no.

Los pobladores poco a poco tratan de retomar su vida, en las calles y por los cielos son visibles los operativos de seguridad que realizan la GN, Sedena y Seguridad Pública Estatal (SSPE).

“Ahí andan por el pueblo los policías. Parece que ya está más tranquilo... ahorita estamos a gusto, resguardados, no nos han dejado solos. Unos salen, otros entran, desde San Rafael para acá están”, dice ‘don Saúl’. 

Los agentes de las diversas corporaciones federales y estatales poco a poco forman parte de la vida cotidiana.