EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Vendedora de flores en panteón de Iztapalapa revela que es normal que se roben cadáveres
(Foto: Berenice Fragoso, El Gráfico)
CIUDAD DE MÉXICO.- “El panteón es grandísimo, uno no sabe qué tantas cosas se hagan allá adentro”, dijo una vendedora de flores afuera del Panteón Civil de San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, donde exhumaron al menor Tadeo.
La mujer contó que es normal ver por la zona cajas con gallos muertos y diferentes símbolos que personas que se dedican a la brujería arrojan tanto afuera como adentro del camposanto.
“Es de oídas todo eso, pero siempre dejan cosas por aquí, gallos, monedas con fruta. Pero ya lo del bebé es que están locos”, refirió.
La zona permanece tranquila y el acceso restringido, pues según contaron, los visitantes pueden ingresar a ver a sus familiares de 08:00 de la mañana a las 14:00 horas.
Durante un recorrido se pudo observar que policías adscritos a la alcaldía Iztapalapa permanecían en la puerta.
“Ahorita sí está seguro”, dijo a la entrada uno de los trabajadores. Adentro hay criptas olvidadas, abiertas, algunas de ellas hurtadas, según testimonios, y los restos de lo que eran altares.
Ahí se roban las cruces, los libros, los ángeles y todos los acabados que les den los familiares a las tumbas, así como huesos o cráneos; todo eso es dinero para “los mañosos”, dijeron visitantes.
El robo del cadáver del pequeño Tadeo del panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, es una problemática constante en los camposantos de la Ciudad; la profanación de tumbas para extraer huesos y osamentas de los difuntos se comete con suma facilidad.
Durante el año pasado, la fiscalía capitalina inició un total de ocho carpetas de investigación en la que los empleados de esos lugares denunciaron que “se habían robado huesos”.
Otras siete se iniciaron luego que se denunciaran los hallazgos de huesos alrededor de panteones, en terrenos baldíos, parques o bosques ubicados en la zona sur.
Una de las líneas de investigación que han planteado los agentes es que, posiblemente, se roben los restos para actos de brujería o santería.
Según las denuncias recabadas en la fiscalía local, las alcaldías chilangas en donde más se registran estas prácticas son Iztapalapa, Xochimilco, Milpa Alta y Magdalena Contreras.