BACTERIA BENÉFICAS
Conoce cómo la fibra puede mejorar tu salud intestinal y calidad de vida
(Foto: Ilustrativa Unsplash)
Hace dos décadas todavía se decía que la fibra era como una “escoba” para “barrer” lo que el cuerpo no necesita, las cosas cambiaron y hoy se sabe que tiene un papel crucial como alimento de las bacterias benéficas (microbiota intestinal).
Existe interés creciente en utilizar enfoques dietéticos para modular la composición y función metabólica de las comunidades microbianas que colonizan el tracto gastrointestinal, para mejorar la salud y prevenir o tratar enfermedades.
Una estrategia dietética para regular la microbiota es el consumo de fibra dietética y prebióticos.
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La fibra alimentaria son compuestos químicos presentes en los vegetales y no pueden ser digeridos por el organismo, pero apoyan al metabolismo y funciones fisiológicas.
Existen dos tipos de fibra: la soluble, que se disuelve en agua para formar un material similar a un gel; está en alimentos como avena, frijoles, manzanas, cítricos, zanahorias y chícharos.
Mientras la insoluble promueve el movimiento intestinal y aumenta el volumen de las heces. Se encuentra en alimentos como harina de trigo integral, salvado de trigo, nueces, frijoles, coliflor y papa.
Durante mucho tiempo, se habló de la fibra para prevenir o aliviar el estreñimiento, pero hoy conocemos otras de sus virtudes:
Con un consumo de fibra adecuado se reduce el riesgo de padecer hemorroides y divertículos.
Estabilizar los movimientos intestinales y con ello el riesgo de padecer estreñimiento.
La fibra ayuda a bajar los niveles de LDL, lipoproteínas de baja densidad conocidas como colesterol “malo”.
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EL DATO
La fibra es el alimento de los probióticos, las bacterias benéficas que colonizan nuestra flora intestinal.
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