En México diagnosticar casos de Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad (TDAH) es complejo y tarda de tres a cinco años en ser detectado porque el comportamiento de los menores confunde a la gente que los ve como infantes criados de manera inadecuado y en un 70 por ciento de los casos se asocia con otros trastornos como aprendizaje del sueño, dislexia, ansiedad y depresión.

De hecho 6 de cada 10 casos de TDAH se mantiene hasta la edad adulta a pesar de que es un padecimiento neurobiológico que afecta principalmente a niños y adolescentes.

En México, alrededor del cinco por ciento de los niños y adolescentes presentan Trastorno por Déficit de Atención (TDAH) y la atención es una de las funciones ejecutivas primordiales para el aprendizaje, por lo que, si se llega a presentar alguna dificultad en dicha condición, de manera significativa en niñas y niños en edad preescolar, (de tres a seis años de edad), puede relacionarse con algunos problemas para la adquisición del conocimiento.

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(Foto ilustrativa: Unsplash)

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María Teresa Monjarás Rodríguez, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, comentó que las habilidades relacionadas como el control de impulsos y de nivel de actividad, motivación, además de interés, entendimiento y competencia -vitales para la convivencia social- se desarrollan de forma progresiva conforme avanza la edad.

“A partir de los cuatro meses de edad los humanos desarrollan los componentes básicos de atención; a los cuatro años, cuando están en preescolar, logran seguir ciertas instrucciones sencillas, concretas, y su intención ya se dirige a un objetivo”. No obstante, precisó, “hay que lograr diferenciar qué es lo normal y lo patológico cuando hablamos de la atención”.

Las niñas y los niños a esa edad tienden a centrarse en detalles exactos de un suceso, los cuales se les olvida con facilidad. “Pero cuando se trata de algo patológico, no es capaz de concluir juegos o actividades sin ser distraído y esto aparece en diferentes ambientes, no solo ocurre en la casa o en la escuela”, manifestó la especialista.

DEBEN ESTAR ATENTOS 
Sin embargo, sugirió que antes de pensar que se trata de una situación de esa naturaleza, es necesario considerar que existen factores que pueden influir en la atención: ambientales, ruido, presencia de otras personas, sobreestimulación o el tiempo de descanso.

Monjaraz señaló que el TDAH tiene tres síntomas inequívocos: falta de atención fuera del rango típico, impulsividad e hiperactividad.

Para diagnosticarlo deben intervenir diferentes especialistas en los rubros psicológico y médico, y atenderse en esta etapa para evitar que evolucione a problemas de aprendizaje, y quizá baja autoestima.

En algunos infantes la inatención, hiperactividad e impulsividad pueden ser considerados como “normales” en los rangos de edad de tres a seis años, por eso es complejo el diagnóstico, enfatizó.

Algunos indicadores persistentes podrían ser: aceptan a regañadientes las normas, en ocasiones practican juegos agresivos, formulan varias demandas, interrumpen constantemente a los adultos cuando hablan, y además buscan establecer sus propias reglas, no toleran la frustración y muestran rabietas.

De acuerdo con Monjarás Rodríguez desafortunadamente en numerosas escuelas se carece del conocimiento para manejar a un infante con TDAH, además de que, en ocasiones, los padres son autoritarios o permisivos y cuesta trabajo llegar al equilibrio, por lo que es importante buscar ayuda y un diagnóstico preciso e integral.

(Foto ilustrativa: Unsplash)

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