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(Foto ilustrativa: Unsplash)
María Teresa Monjarás Rodríguez, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, comentó que las habilidades relacionadas como el control de impulsos y de nivel de actividad, motivación, además de interés, entendimiento y competencia -vitales para la convivencia social- se desarrollan de forma progresiva conforme avanza la edad.
“A partir de los cuatro meses de edad los humanos desarrollan los componentes básicos de atención; a los cuatro años, cuando están en preescolar, logran seguir ciertas instrucciones sencillas, concretas, y su intención ya se dirige a un objetivo”. No obstante, precisó, “hay que lograr diferenciar qué es lo normal y lo patológico cuando hablamos de la atención”.
Las niñas y los niños a esa edad tienden a centrarse en detalles exactos de un suceso, los cuales se les olvida con facilidad. “Pero cuando se trata de algo patológico, no es capaz de concluir juegos o actividades sin ser distraído y esto aparece en diferentes ambientes, no solo ocurre en la casa o en la escuela”, manifestó la especialista.
Monjaraz señaló que el TDAH tiene tres síntomas inequívocos: falta de atención fuera del rango típico, impulsividad e hiperactividad.
Para diagnosticarlo deben intervenir diferentes especialistas en los rubros psicológico y médico, y atenderse en esta etapa para evitar que evolucione a problemas de aprendizaje, y quizá baja autoestima.
En algunos infantes la inatención, hiperactividad e impulsividad pueden ser considerados como “normales” en los rangos de edad de tres a seis años, por eso es complejo el diagnóstico, enfatizó.
Algunos indicadores persistentes podrían ser: aceptan a regañadientes las normas, en ocasiones practican juegos agresivos, formulan varias demandas, interrumpen constantemente a los adultos cuando hablan, y además buscan establecer sus propias reglas, no toleran la frustración y muestran rabietas.
De acuerdo con Monjarás Rodríguez desafortunadamente en numerosas escuelas se carece del conocimiento para manejar a un infante con TDAH, además de que, en ocasiones, los padres son autoritarios o permisivos y cuesta trabajo llegar al equilibrio, por lo que es importante buscar ayuda y un diagnóstico preciso e integral.
(Foto ilustrativa: Unsplash)