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Por: ARTURO CONTRERAS
Para la señora Nicolasa y su familia todo pasó muy rápido. La mañana del miércoles 2 de octubre llegaron a darles la noticia, desalojando de manera inmediata el lugar y no tuvieron tiempo de sacar todas sus pertenencias, solo la ropa que traían puesta y algunos otros artículos.
Ante la negativa de las autoridades por dejarlos pasar, su hija decidió entrar corriendo al edificio con la intención de sacar un poco más de ropa. Sin embargo, aparatos electrónicos y electrodomésticos se quedaron adentro.
Son alrededor de 20 familias las que han tenido que ser desalojadas, cuatro que rentaban en dicho edificio, y el resto que habitaban en predios cercanos.
El dueño, a quien ellos le pagaban por vivir ahí, señalan que ya no se ha presentado en el lugar y tampoco abre su clínica que tiene sobre la misma calle.
Las autoridades municipales les informaron que la base comenzó a reblandecerse, y tras una revisión, el área de Protección Civil determinó que no se puede rehabilitar.