SIN CIFRAS REALES
En México, nueve de cada diez secuestros no se denuncian
Como un intento para frenar esto, el gobierno federal creó la Coordinación Nacional Antisecuestro
(Foto: Archivo, El Gráfico)
El secuestro es un delito del que ni siquiera las autoridades saben qué pasa en realidad. En 2017 se abrieron mil 387 carpetas de investigación en el país, de acuerdo con los datos publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP); los especialistas discrepan de esto, ellos calculan que anualmente secuestran a 10 mil ciudadanos.
Todavía hay una tercera cifra que es avasalladora: 81 mil 291 mexicanos contestaron que, en el último año, ellos o algún familiar fueron secuestrados, según lo revelado en la Encuesta Nacional de Victimización (Envipe) 2018 publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esto representaría que todos los días ocurrieron 200 secuestros en calles de México.
PESADILLA
La pregunta que hace el Inegi es clara: “Durante 2017, ¿algún integrante de este hogar, incluido usted, sufrió secuestro o secuestro exprés, para exigir dinero o bienes?” De 2012 a 2017, 593 mil 316 mexicanos contestaron que sí. Es decir, se estima que cada año, en promedio, ocurrieron 98 mil 886 secuestros.
Estas aproximaciones, resultados de la Envipe, son el otro extremo de las apenas mil 400 carpetas de investigación que se abrieron anualmente en el país.
Sin cifras que muestren la realidad de lo que ocurre en México, las estrategias para combatir este delito son insuficientes.
Como un intento para frenar esto, el gobierno federal creó la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase); en su último año (2018) invirtieron 75.3 millones de pesos en la estrategia para combatir ese delito.
La cifra negra es una de las principales barreras para que cualquier estrategia funcione. En 2018 se reportó que nueve de cada 10 secuestros en México no se denuncian. Además, los secuestrados suelen amenazar con que están trabajando con las autoridades y este tipo de amenazas tienen un efecto exponencial cuando no hay instituciones que logren contrarrestar esta estrategia.