Siembra pese al Covid-19
Floricultor cultivó 8 mil flores de cempasúchil que guiarán a los difuntos al Edomex
En San Lorenzo Tlacotepec existen alrededor de 5 mil viveros pertenecientes a mil familias diferentes
Foto: Archivo El Gráfico
Atlacomulco.— Mientras la mayoría de los viveros en Atlacomulco bajaron su producción de flores de cempasúchil, Gustavo se jugó el todo por el todo y decidió darle vida a 8 mil flores, pues su trabajo de cuatro meses le indicará el camino a las almas de los dinfuntos que llegarán.
Desde los ocho años, Gustavo se desenvuelve entre abono, tierra y la tabla periódica, con la que aprendió a identificar qué elementos le faltan a sus plantas.
“Siempre me ha gustado, tengo que llegar a las 8:00 de la mañana para regarlas y para que el sol no lo arruine, me voy a las 8:00 de la noche porque son como tus hijos, cada una es diferente. Las tengo que revisar para ver que no tengan plagas, que hayan crecido bien”, expresó.
En San Lorenzo Tlacotepec existen alrededor de 5 mil viveros pertenecientes a mil familias diferentes; todos han resentido la crisis que trajo consigo el coronavirus, pero eso no detuvo al floricultor.
“Me gusta su olor, su compañía, en especial del cempasúchil, porque son flores que significan mucho para nosotros, nos dan la esperanza de volver a sentir a nuestros antepasados guiando nuestro camino”, dijo.
En el Estado de México, se espera una derrama económica de 700 millones de pesos por el Día de Muertos, pues es el primer lugar de producción de flores a nivel nacional.
Sin embargo, al haberse dado a conocer que se cerrarán los panteones de los 125 municipios mexiquenses, la expectativa se redujo considerablemente.
Los floricultores temen que suceda como en el Día de las Madres y tengan que tirar el esfuerzo y la inversión a la basura.
“Aquí es donde se produce la mejor flor de cempasúchil en el país, somos los que más producimos y aunque Xochimilco nos ha querido dar competencia, aún podemos dar batalla, pero el virus nos da miedo”, compartió Gustavo.
En Tlacotepec, los productores piden que días previos se permita limpiar y embellecer las tumbas para que no sólo se conserven las tradiciones, sino que se ayude al sustento de las miles de familias que cuidan dos mil 800 hectáreas de flores anaranjadas y amarillas que surgieron.