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“Nos quedamos aquí los que tenemos mascotas, porque no pueden quedarse en el hotel, entonces yo con mi perra, ni modo de dejarla sola e irme, las dos juntas o nada”, relató.
El otro de sus gatitos anda en la misma unidad habitacional y espera recuperarlo lo más pronto posible.
Este martes les darían el dictamen, pero les informaron que aún no está listo. “Ya nada más falta que nos digan qué va a pasar con nuestros departamentos, a ver si no nos dan largas”, comentó.
La mañana del miércoles 31 de enero, los residentes de la unidad habitacional Tepozanes, despertaron sobresaltados por dos potentes estruendos.
La onda expansiva rompió vidrios de ventanas, puertas y aparatos electrodomésticos, así como provocó daños en la propia estructura de las casas de interés social.

(Fotos: Iván Montaño)