Guerrero.—Este viernes 11 de octubre fue el primer día de Gustavo Alarcón Herrera como alcalde de Chilpancingo. Dice que se siente seguro y tiene razón, con el dispositivo de seguridad con el que se mueve por la ciudad —12 soldados de la Guardia Nacional (GN) y ocho agentes de la Policía Estatal— cualquiera se sentiría protegido. 

Ahora, Alarcón Herrera tiene la protección que el edil Alejandro Arcos Catalán pidió, pero no llegó. 

A la 1 de la tarde, Alarcón Herrera llega a las instalaciones del ayuntamiento en una camioneta blindada y resguardada por dos patrullas de la Guardia Nacional, tras haber sostenido una reunión con el comandante de la 35 Zona Militar. Entra rápido a su oficina para atender a la prensa; su primera conferencia en su mandato. 

Lee también: Marcas de CROQUETAS reprobadas por PORFECO ¿cuáles son?

Foto: (Arturo De Dios Palma. El Gráfico)

Cuando los periodistas están acomodados en el salón, el alcalde entra y se enfila a la cabeza de la larga mesa donde sesiona el cabildo. Uno de sus asistentes le mueve la silla de la cabecera, que es donde se sienta normalmente el alcalde y que es fácil de distinguir porque es la única que tiene un color distinto a las demás, es verde. 

Alarcón Herrera rechaza el ofrecimiento y toma la silla que está al lado y apunta: “Aquí me voy a sentar, por respeto”, dice. 

Tras asegurar que cuenta con el apoyo de la gobernadora Evelyn Salgado, afirma que le dará continuidad al proyecto de Arcos Catalán. “Todos los programas no son nuevos para mí, los conozco porque los planeamos con Alejandro”. 

TAREA PARA ELLA

Se le pregunta por el nombramiento del secretario de Seguridad Pública; la propuesta era el capitán del Ejército Ulises Hernández, quien fue asesinado el 27 de septiembre.

Alarcón Herrera no se complica y dice que será la gobernadora y el gobierno federal quien lo nombre: “Es a ella a la que le corresponde dirigir ese tema, ella aquí vive, aquí tiene sus actividades, tiene a su familia”, finaliza.