Tras el fallecimiento de sus padres, Sandra empezó a tener problemas con sus hermanos Rita y Rogelio, como consecuencia de los bienes que aquellos dejaron.

A diferencia de ellos, Sandra estuvo al lado de sus padres, viviendo en la casa donde crecieron desde la infancia, y esa situación fue la que más enconó los ánimos de los tres.

Rita y Rogelio exigían a Sandra desocupar la vivienda, bajo el argumento de que no se quedara con la casa, a pesar de que ella les aseguraba que esa no era su intención.

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Un día Sandra salió a trabajar y, al regresar, intentó insertar la llave en la chapa de la puerta, pero no pudo: sus hermanos la habían cambiado.

Molesta porque en el hecho la habían despojado, se dirigió al Ministerio Público, donde inició una carpeta de investigación por despojo.

Rita y Rogelio terminaron vinculados a proceso por ese delito; el juez de control del caso remitió el expediente al Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la Ciudad de México (Niños Héroes 133, colonia Doctores, alcaldía Cuauhtémoc), al tratarse de un delito no grave.

Esto, para que los hermanos, a través del servicio de facilitación penal que ahí se brinda gratis, buscaran un acuerdo que resarciera a Sandra sus derechos, y a Rita y Rogelio quedar libres del proceso penal.

Ayudados por el profesional del CJA, los hermanos dialogaron, Rita y Rogelio aceptaron devolver la posesión del inmueble a Sandra, pero plantearon, a su vez, la necesidad de que quedaran a salvo los derechos de cada uno respecto a la casa.

Así quedó subsanada la diferencia, y procedieron a la firma del acuerdo reparatorio que permitió a Sandra ingresar a su hogar, y a sus hermanos librar el proceso penal en su contra, una vez que el juez dio por bueno el documento signado por los tres.

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