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En esa ocasión, con la mediación de un delegado de la comunidad, se firmó un acuerdo y los detenidos fueron liberados después de 48 horas, sin embargo, a principios de abril los residentes de Coamila invadieron cinco terrenos de los afectados, destruyendo sus cosechas y talando sus árboles.
A este ataque le siguió la colocación de una cerca para impedirles el acceso a sus viviendas; también los atacaron con machete e intentaron derribar la puerta de la casa del pastor.
Los ataques ocurrieron a pesar de que los miembros de la iglesia cristiana continuaron cooperando en las obras de beneficio social de sus comunidades, pero no en las faenas para la iglesia católica.
Y es que a lo largo de los últimos ochos años han padecido violaciones a sus derechos incluido el uso del panteón, como a una pareja que perdió a su pequeño hijo y le negaron un féretro y un espacio para sepultarlo.
Tampoco les permiten la inscripción de sus hijos a las escuelas locales, el acceso al agua de los pozos, a los programas de gobierno, el libre tránsito, y el cultivo y posesión de terrenos.
Pese a que han informado de todas estas violaciones a las autoridades municipales y ministeriales, hasta hoy ninguna les ha ofrecido una respuesta y la persecución escaló el pasado 25 de abril, cuando les cortaron el suministro eléctrico y saquearon y cercaron sus templos para luego montar guardias en los accesos a la comunidad.
Ante el inminente riesgo contra sus integridad, al menos 172 personas personas tuvieron que abandonar sus casas y acudieron a la cabecera municipal de Huejutla de Reyes a pedir ayuda. Las autoridades los alojaron en el auditorio municipal y luego en la Unidad deportiva de Colalambre, donde solo reciben un alimento por día.
“Es una situación desesperante y muy triste que tengamos que dejar nuestras casas”, señaló uno de los afectados al borde del llanto.
A través de redes sociales, los pobladores expulsados piden la intervención del gobierno estatal y federal para poder regresar a sus casas y recuperar su patrimonio.
Incluso, han pensado en acudir a La Mañanera en Palacio Nacional pero carecen de recursos porque salieron prácticamente con lo que llevaban puesto y han sido los miembros de otras iglesias en el país, quienes los han estado apoyando con víveres y ropa.